
Hoy he ido a mi primera clase de pilates.
Lo primero que me sorprende es que sólo somos cinco alumnas, es nuestro primer día para todas.
Lo segundo que me llama la atención es que mi profesora es incapaz de pronunciar mi nombre hasta tres veces. Me dice: es que soy canadiense. Ah, vale, haber avisado señora, llámeme por mi nombre pero en inglés, qué se la va hacer. Para que luego digan que a los españoles se nos dan mal los idiomas. Será lo que se esfuerzan los que tienen como lengua materna el inglés. Al menos nosotros, como dice el chiste, que se rían de nuestro acento, pero hablamos más de un idioma.

Mientras coloco mi esterilla me pregunto, y qué hará esta señora canadiense sexagenaria dando clases de pilates en Doha. Qué misterio, sobre todo teniendo en cuenta que los canadienses no son muy de emigrar (ver mapa de migración).
A todo esto se me acerca una alumna para presentarse. No puedo recordar su nombre, quedo con la mente en blanco observando su cara botulítica. Parece que me está sonriendo, pero su mirada tiene algo raro, me da miedo, son sus párpados, no se mueven. Pero a mi no me engaña, ha pasado la barrera de los cincuenta. Entonces reacciono cuando me dice que lleva sólo tres meses en Doha y que es australiana. Empezamos a hablar y le pregunto por qué ha venido a Doha, desde Australia, qué lejos, quién querría irse de Australia, le digo. “And why not? It´s an adventure!”, me responde.
Y sonrío, por qué no. Cuántas veces habré respondido yo lo mismo.
Y es cierto que me sorprende ver a gente mayor que yo emprendiendo este tipo de aventuras. Yo, que ya pienso que he arrancado tarde en este avatar de mi vida.

Cuando decidí dar este paso dejé atrás una vida tranquila, cómoda, segura, y una isla que es un paraíso. Pocos entendieron por qué lo hice. Ni fue una necesidad ni una obligación. Fue por vivir una aventura. Fue por ponerme a prueba fuera del famoso circulo de confort, fue por vivir un sueño. No buscaba algo mejor, sino algo diferente. Y ¿por qué no?
Nunca es demasiado tarde, just do it.
Así que me pasé toda la clase imaginando que esas mujeres y yo teníamos algo en común. Y me sentí inmensamente feliz.
Entonces, de regreso a casa, he empezado a recordar a todas las mujeres que he conocido durante estos meses y las historias que hay detrás de cada una de ellas.
A menudo me encuentro con gente extremadamente amable y generosa, y cuando pregunto por qué se toman tantas molestias con una extranjera desconocida que acaba de aterrizar, siempre me contestan lo mismo: todos hemos hecho el mismo viaje, nos tenemos que ayudar.
Y anécdotas sobre la cantidad de gente que llegas a conocer aquí, desde los más remotos lugares del planeta, es interminable. La mayoría de la gente viene a Catar en busca de trabajo, pues en sus países de origen la pobreza y la miseria pueden llegar a ser extremas. Algunos de ellos, por no decir la mayoría, han tenido que separarse de sus familias, de sus parejas, de sus hijos. He tenido la oportunidad de conocer a gente de tantos lugares del mundo y con tantas historias que sólo por eso ya ha valido la pena estar aquí. Como la conversación que tuve hace unas semanas con un señor sirio que me hablaba de cómo está viviendo su familia la revolución contra el régimen de El Asad.

Pero después están los motivos que nos han llevado a los expatriados occidentales a este minúsculo país de Oriente Medio. Y hay historias para escribir un libro, tan dispares como interesantes.
Lo más común suele ser salir en busca de una vida mejor, mejorar el puesto de trabajo, motivos económicos, puede que hasta políticos, la maldita crisis, por amor. Y todos estos son motivos circunstanciales personales o efectos colaterales de la sociedad en la que nos ha tocado vivir.
Y los que más me interesan son los motivos personales que nos ha llevado a otros muchos a tomar la decisión de liarnos la manta a la cabeza, porque supone salir a lo desconocido.
No lo hemos hecho por necesidad, sino más bien por higiene mental, y eso puede sonar caprichoso cuando tanta gente hubiera querido quedarse en su casa con sus seres queridos.
Pero no por ello es menos importante ni hay que restarle valor.
Creo que la motivación que lleva a alguien a dejar atrás la comodidad y la seguridad de lo conocido tiene cierto mérito. Y hacerlo nos define como personas. El querer vivir una experiencia nueva sin billete de vuelta, conocer otras culturas, otras civilizaciones, otras religiones, estar dispuesto a aprender nuevos conceptos, abrir la mente a diferentes perspectivas del mundo, a otra forma de entender la vida, tener la capacidad de tener iniciativas, nuevas ideas, aprender a relativizar ciertas cosas, tomártelo como una superación personal. Y hay quien, además de eso, lo hace con la familia a cuestas, lo cual lo hace más difícil, porque si te equivocas llevas la mochila. Pero tiene más mérito y también te hace más fuerte.

¿Qué puede enriquecernos más?
- No siempre elegimos el destino, a menudo el destino nos elige a nosotros.
- No son viajes de placer, es un modo de vida, y debemos adaptarnos a ella para tener la capacidad de disfrutarla.
- A veces no podemos decidir cuándo parar o cuándo cambiar, pero está en nuestras manos seguir creciendo.
- No tienen por qué ser destinos paradisíacos, porque no buscamos algo mejor, sino algo diferente.
Y nadie dijo que sería fácil.
«Cuando salió del avión y se encontró de pronto rodeado de personas negras, olores extraños y un idioma que no entendía, deseó volver de inmediato a su país (…) Africa venció su aventura interna cuando recibió el primer soplo de aire de aquel continente desconocido. Enseguida empezó a hacer planes para su viaje de regreso. Diez, quince o dieciocho años después sigue todavía allí«. El ojo del leopardo, de Henning Mankell
Como explico en la presentación de este blog, salir de tu país es una manera de desnudarte frente al espejo y descubrir quién eres en realidad. Yo lo vivo como una oportunidad para reinventarme.
Salir del terreno conocido nos pone a prueba y la mayoría de las veces nos sorprendemos a nosotros mismos de lo que somos capaces de hacer y hasta dónde somos capaces de llegar. Incluso sacando lo peor de nosotros mismos en situaciones difíciles o extremas, también aprendemos. Porque nuestras debilidades no tienen por qué ser defectos, sino aquello que nos hace diferentes, especiales.

Una vez leí una frase que convertí en mi máxima en situaciones complicadas, “making progress involves making mistakes”, o dicho de otro modo, quien no hace nada no se equivoca. Porque si tropiezas es porque lo has intentado. Y así es como se consiguen lo sueños. Deja de perseguirlos. Ve a por ellos.
Yo me he desnudado, he escupido mis motivaciones, ¿cuáles son las tuyas?
Ya te echaba de menos!! Felicidades podré ara última entrada, es genial, como todas!!
Uy el corrector… «Por esta última…»
Nothing ventured, nothing gained.
So true, if you never try, you will never know!
¡Gracias Carla!
Alguien no ha ido a Formentera este año, pero sigo escribiendo… con la de cosas que hay por contar 😉
Besos.
No te preocupes, Formentera no se mueve y de momento sigue como siempre…
Aprovechad para vivir, viajar, descubrir y contarnos lo que veis a los que ahora no podemos movernos,..
Estoy deseando leer sobre Omán!! Besos a los dos!
Me alegra saber que Formentera sigue igual, dime que de vez en cuando irás a echar un vistazo, y por favor, ¡¡¡que no me la destrocen!!!!
Pronto tendrás Omán y más viajes interesantes, ¡¡¡este verano estamos en racha!!!
Laureta, ets la pera, chapeau!!
Hi ha una frase d’aquestes de coaching que corren pel fesibuqui que diu: «vale mas fracasar por intentar un triunfo, que dejar de triunfar por temor a un fracaso»…i és ben veritat!!
Llegeix-te aquest relat: http://masedimburgo.com/2014/05/10/cosas-que-cambian-para-siempre-cuando-vives-en-otro-pais/
Segueix així.
Petons
Gràcies Jordi, t´hauré de fer tertulià honorífic 😉
Coneixia el relat de l´enllaç, i t´he de dir que aquest post el vaig escriure després de llegir-ho perquè volia saber què m´havia inspirat a mi a pendre la decisió de marxar. Al final crec que vaig treure conclusions interessants de manera improvisada, i tal vegada per aixó me va sortir un post un poc caòtic, jajajajajajaja…
Petonets.
Laura me encantó este post es especial para mí.
Nos vemos pronto.
Un beso.
Por cierto te debo unas mechas californianas jajaja.
Gracias Mary, a ver si vuelves ya de tus interminables vacaciones, jajajajajaja… Espero que las estés disfrutando y, por supuesto, me debes unas californianas 😉
Todos tenemos una historia, pero también nos unes muchas inquietudes, ¡¡¡y no tiene precio!!!!
Besos.
Hola Laura,
Un post muy interesante, me ha gustado mucho. Sobre todo me encanta la frase de que muchos emigramos no tanto por necesidad, si no por higiene mental. Totalmente acorde con la razón que me hizo emigrar a este extraño y pequeño país, dejando atrás, como tú, una tierra verdaderamente paradisiaca. Y sin duda, tal como relatas, es un país rico en variedad cultural donde la cantidad de gente con diferentes costumbres con la que nos vemos envueltos durante nuestra rutina diaria es brutal.
Enhorabuena por todas estas palabras que compartes, me gusta mucho leerte porque muchas de las historias que relatas nos han pasado a los demás por la cabeza, y muchas experiencias similares también, a veces con diferente final o punto de vista, pero es muy interesante verlas plasmadas por alguien a la que se le da tan bien escribir.
Aún tenemos pendiente algún paseíllo, tecito o alguna sisha por ahí, vale?
Besos!
Ohhhhh, gracias Ana, si es que al final lo bonito es descubrir que tenemos las mismas inquietudes. A ver si al final «los raritos» van a ser los otros… Fuera bromas, es genial descubrir gente con las misma pasión por descubrir cosas nuevas, de alguna manera te reafirma en que has tomado la decisión correcta.
Tú y yo venimos de un paraíso corrupto, y en cierta manera la pena por ver lo que ocurría (y sigue ocurriendo) me empezó a minar la moral y me cambió el humor. De ahí lo de la higiene mental. Para nada voy a encontrar algo mejor que Mallorca, pero estoy descubriendo muchas cosas muy diferentes que me llenan.
Sa Roqueta no se mourà, no?
Un beso y hasta un «Halul» 😉
Me encanta leer a alguien con quien me siento tan identificada. Yo comencé mi nueva vida en Sudáfrica hace un año y nueve meses… La adaptación para mi fue durísima pero, con el apoyo de mi marido, y viendo el esfuerzo que mis hijas hacían día a día, no me quedó otra opción que luchar y seguir adelante.
Al igual que tú, he vuelto a reinventarme, a conocer aspectos de mi misma que desconocía, y por fin empiezo a sentirme realmente agusto en mi nuevo «hogar», aunque no puedo evitar echar de menos todo lo que dejé en España… Creo que estoy viviendo una experiencia fantástica, ¡y voy a aprovecharla!
¡Enhorabuena por el blog!
Hola Diana, cómo me alegra verte por aquí y tener noticias tuyas.
Me he emocionado al leer el esfuerzo que hacían tus hijas día a día, las admiro, un beso a las dos. Es tremendo que siendo tan pequeñas sean capaces de adaptarse a un medio tan distinto en muchos sentidos, y qué valiente has sido tú.
Ya sabes lo que opino, todo aporta, hasta los momentos difíciles nos enseñan. Yo no me he arrepentido ni un sólo segundo, la perspectiva que tengo ahora de este mundo y de lo que me rodea es mucho más amplia, aprendes a valorar otras cosas y a entender otras muchas. A veces mi marido y yo nos decimos «cuántas cosas nos estábamos perdiendo…».
Ánimo, y sigue escribiendo, será un bonito recuerdo para tus hijas el día de mañana.
Besos y gracias 😉
Totalmente deacuerdo con este comentario!
Al final parece que somos muchos, o mejor, muchas las que salimos de nuestra zona de confort para buscar nuevos horizontes…
Es mi tercer pais, y sigo pensando eso de «como en España no hay nada», pero sí que enriquece el alma y la mente todos estos cambios, que aunque duros, nos enseñan a valorar, crecer y agradecer.
Porque no buscamos algo mejor, sino algo diferente ¿verdad?. Gracias María, como dice la canción «ni más guapa ni más lista, pero menos egoísta», a mí se me han quitado muchas tonterías, jajajajajaja!!!
A veure Laura, el Dr. Menganito m’ha preguntat per tu i m’ha dit que quan tornes a la visita. Jo li he dit que estaves boja per tornar, llevar-te a les 6 per anar a fer el centre de salut i després passar-te per l’hospital a recòrrer passadissos infernals amb un somriure falsete jeje…li he respòs bé no????
Nena, no tornis…!!!!
Estimada Ariadna, no podries haver donat millor resposta al Dr.Menganito. Llàstima que el país estigui en plena crisi i sigui tan difícil trobar feina per mi. Però pots estar segura que faig tot el possible…
Però com sóc tan positiva, mentres surt alguna cosa seguiré donant voltes pel món 😉