
Cada vez que digo que vivo en el Caribe recibo siempre la misma respuesta de sorpresa, admiración y envidia ¡qué suerte tienes! Y la verdad es que sí. Cada vez que salgo a caminar por la kilométrica playa que tengo a tan sólo unos doscientos metros desde la puerta de mi casa/oficina me digo que sí, que con la pasta que se gasta la gente en venir de vacaciones estoy yo para quejarme.
Es sólo entre amigos que me atrevo a quejarme de todo lo que no me gusta o me frustra de esta vida caribeña, porque de otro modo me tomarían por loca o peor, por insatisfecha.
Lo cierto es que me siento una privilegiada, lo he dicho muchas veces. Especialmente cuando ves en las noticias las bajas temperaturas cuando tú estás en bañador o cuando tus amigos te dicen en invierno que a las cinco ya es de noche. Vivo en el paraíso, es cierto, con sus rutinas y sus carencias, que no son pocas. Y lo escribo mientras un pequeño colibrí está poniéndose las botas con las flores de mi jardín.

Vivir en el Caribe no es lo mismo que estar de vacaciones ¿obvio, verdad? Esta vida no es para todo el mundo. Aunque cueste creer, hay quienes no lo soportan o no se adaptan y regresan a sus casas por el mismo camino que llegaron. Otros, sin embargo, se establecen y se adaptan tan rápidamente que en un abrir y cerrar de ojos ya han formado una familia.
1_Me estás estresando
El ritmo dominicano existe de verdad. Aunque se trabaja mucho más que en Europa y no siempre por un sueldo justo, el estrés es relativo. El calor es un factor clave para entender que muchos trabajadores se escondan a echar una cabezadita siempre que se tenga una ocasión. No afloja en todo el año, así que notas cómo tus energías disminuyen a medida que avanza el día.
Nadie es puntual con sus citas, aquí impera la improvisación. Así que cúrate en salud y no hagas muchos planes. Sigue el flow…. Y sobre todas las cosas, entiende que todo el mundo miente. Si te dicen que están de camino es que aún no han salido de su casa. Si te dicen que llegan en 5 minutos pon una hora. Si te dicen que mañana te harán el trabajo que te prometieron pon una semana. O si te dicen que ya están terminado es que aún no lo han empezado.
Hasta tu médico puede darte plantón sin dar explicaciones. Lo mejor de todo, es que (casi) nunca tiene consecuencias.
2_Beber romo
Si eras abstemio, en el Caribe dejarás de serlo y te echarás a perder. Beber alcohol es una costumbre más. No es extraño ver a los motoristas en sus pasolas conduciendo con una sola mano porque en la otra llevan su botellita de ron o su cerveza Presidente.
Cuando uno sale de trabajar el punto de encuentro es el colmadito de la esquina. Allá es donde nadie puede resistirse a pedir su bebida al son de la música y ver la vida pasar.
Llegará un momento en el que dirás que bebes lo “normal” cuando en realidad tus niveles de alcohol en sangre se habrán disparado exponencialmente.

3_Azúcar
No sólo es famoso el Caribe por sus plantaciones de azúcar, sino por las cantidades ingentes de azúcar que le echan a todo. Pedir un jugo de chinola es beberte cuatro cucharadas de azúcar por la cara. Una piña colada es un delito para mis cartucheras. Pedir una bebida sin azúcar es un insulto. Incluso te acostumbras a pedir un margarita sin azúcar ante el riesgo del barman a hacer su añadido gratuito.
4_Amazon es tu salvación
A no ser que vivas en una gran capital, olvídate del shopping. No sólo porque es posible que no necesites mucha ropa, sino porque si tienes el antojo no vas a encontrar dónde comprar. Y si lo encuentras, prepárate para dejarte un riñón. Los precios se doblan automáticamente al cruzar la aduana.
Amazon será tu salvación cada vez que creas necesitar algo o tengas mono de estrenar algo. Otra opción es más habitual de lo que piensas; Miami es un auténtico hub para el universo del shopping. Un viaje de fin de semana para ir de compras sale más económico que entrar en un mall caribeño.
5_Cada día parecen vacaciones
Se trabajo mucho, mucho más que en Europa, pero cada día puede ser un sueño si te lo montas bien. Puedes empezar o terminar el día en la playa si lo deseas. Da igual que sea lunes o viernes, los drinks están siempre llenos de gente dispuesta a bailar y a beber. No hay cambio horario, atardece todo el año entre las 6 y las 7 de la tarde, hora perfecta para empezar tu tiempo de ocio.
El buen clima permite que tus bares y restaurantes favoritos estén al aire libre o a pie de playa. Hay turistas todo el año, así que puedes sentirte en unas eternas vacaciones y sin la depresión invernal porque vives muy cerca del ecuador.

6_Los básicos pueden acabar con tu vida
Y no es broma. Encontrar un buen médico o un mecánico de fiar para tu carro es una cuestión de vida o muerte. Que Dios nos pille confesados si nos pasa algo porque en el Caribe no hay mucho más allá de las paradisíacas playas.
Las carreteras dejan mucho que desear, la sal y las lluvias no son el mejor aliado para tu coche ni para tu salud. La humedad, las lluvias tropicales y la falta de higiene en ciertos lugares pueden acabar con tu fin de semana encerrado en el baño.
7_Por qué los picapollos son la mejor opción
Si alguna vez te has preguntado por qué se come todos los días arroz con habichuelas, la respuesta es fácil: los supermercados son sólo para los ricos.
En primer lugar por el precio de los productos importados, aunque una libra de pollo local también puede llegar a ser un lujo. En segundo lugar, porque para encontrar todos los alimentos que quieres es posible que tengas que invertir toda una mañana y recorrer hasta cinco supermercados (si tienes la suerte de tenerlos en tu zona). Compro la fruta en uno, el pan en otro, el pollo en el de más allá y las conservas en el del pueblo de al lado. Eso sí, no vayas nada más abrir, porque a esa hora que abren las puertas los estantes del supermercado están completamente vacíos.

8_Vivir un verano eterno: un sueño hecho realidad
Olvídate de la ropa de invierno, de los días cortos y de las temperaturas extremas. Tampoco utilizarás frases del tipo «Winter is coming». No hace frío en invierno ni hace un calor extremo en verano. Las estaciones se dividen en temporada de lluvias -y posibles huracanes- y época seca. Fin.
Eso sí, la operación bikini también dura todo el año y la depilación no permite saltarte la cita. A cambio, las postales navideñas son pura envidia, así como tu bronceado cuando vas de visita a tu lugar de origen.
9_Vivir en el Caribe puede ser extremadamente aburrido
Muchas veces me preguntan por qué siempre cuelgo fotos de playas y de comida. La verdad, no hay mucho más que hacer.
Si no te gusta la playa es difícil que puedas vivir el sueño caribeño, aunque hay quien sale airoso por su amor al baile. Si eres cinéfilo olvídate de ver películas de autor. Si aprecias la buena música, más vale que te acostumbres a la bachata o al merengue. Si buscas algún entretenimiento cultural, no te pierdas los carnavales.
La parte positiva es que cultivas nuevas aficiones que jamás habrías pensado, como la jardinería.

10_Olvídate de tu piel suave y cabello sedoso
Los mosquitos te harán la vida imposible, así que estarás todo el día embadurnado con el repelente de turno que en mi caso es el más abrasivo para mi piel pero el más letal para los bichos varios. Eso mezclado con el bloqueador solar 50 para evitar un futuro cáncer de piel. Todo un mejunje si añades el sudor.
El agua no es al que estás acostumbrado, así que teniendo en cuenta que vas a querer ducharte cinco veces al día, tu preciosa melena acaba siendo cuatro pelos mal peinados.
11_A nadie le importa lo que haces
Asúmelo, si vives en el paraíso, no te desgastes en explicar que trabajas todos los días como cualquier hijo de vecino para ganarte el pan. Y peor, no digas que vives en el paraíso porque saldrán los miles de españoles que viven en el Caribe para recordarte que no todos el mundo vive tan bien como tú, porque por alguna extraña razón creen que todo lo que tienes te lo han regalado.
Así que como dice Jorge A. después de varios años aquí, hasta los cataplines de justificarse «no, no trabajo; sí, me paso el día en la playa, y sí, vivo como un rico porque lo soy». Y porque yo lo valgo, añado.
Así que, sea como sea tu vida, disfrútala y no la cuentes a nadie, no te creerán. Palabra de Expat.
Bueno todo eso es muy relativo, en cualquier capital Europa, con todo para distraerse, cines, teatros, museos, restaurantes de lujo, grandes hoteles, actividades de todo tipo, te puedes morir también de aburrimiento porque todo eso cuesta dinero y si eres un asalariado normal con un sueldito de mala muerte, . el teatro, el museo, el cine te sale sobrando.
Que no te puedes comprar ropa? otro tanto de lo mismo, si tienes el bolsillo vacío ya puedes estar en cualquier capital de la moda y no poder comprar un carajo.
Quizás los paraísos, no son para aquellos acostumbrados a tener todas las comodidades, sino para aquellos que no precisan tantas cosas y solo con ver el horizonte ya se sienten afortunados.
Hola Dalila, por supuesto, todo en esta vida es relativo.
El paraíso está donde quieras encontrarlo. Por fortuna, yo lo disfruté durante 4 años y ha dejado huella en mí.
Además, con sentido del humor todo se lleva mejor.
Un saludo.
Laura.