
Hace 5 años mi marido y yo, cuando aún éramos novios, decidimos que nos apetecía liarnos la manta a la cabeza. Queríamos probar una aventura internacional, descubrir qué había más allá de nuestra acomodada rutina. Llevábamos 38 años viviendo en nuestra paradisíaca y tranquila isla pero más aburridos que una ostra. Así que empezamos a mover nuestros currículum y, voilà!
“Cariño: nos vamos a Qatar”.
Me encantaba viajar, pero esto era otra cosa. Se trataba de cambiar nuestras vidas para siempre. Fue una de esas decisiones vitales que uno decide tomar sin retorno. Como cuando se tienen hijos: nada volverá a ser como antes. Palabra de Expat.
Me encantaba viajar, pero una expatriación es otra cosa
Siendo honesta, era algo para lo que estaba preparada porque llevaba años persiguiéndolo, así que no sentí miedo. Aunque todo lo que vino después fue una auténtica montaña rusa emocional.
Cuando hace unos días recibí la noticia de que una compañera emprendía ese mismo camino que yo hace cinco años, sentí envidia. La escuchaba atentamente. Hablaba de sus miedos, de cómo su primera reacción fue de enfado, con tres niños, un negocio de éxito y una vida estable en Madrid.
Me sorprendió su reacción porque yo lo viví de manera completamente diferente. Y también porque recordé con nostalgia mis primeros pensamientos y la emoción vivida. Este es un momento que sólo se vive una vez.
Por eso siempre digo que en la vida de los expatriados todo depende de las circunstancias personales de cada uno. De si es una decisión propia o de terceros, de si es una aventura en la que no tienes nada que perder o si es una cuestión de supervivencia. Otros muchos lo hacen para poner distancia después de una ruptura amorosa o una desgracia personal.
De lo único que me he arrepentido hasta el momento es de no haberlo hecho antes
En mi caso, yo tomé libremente la decisión de dejar mi trabajo, mi casa, mi familia y mis amigos. Y jamás me arrepentí. Miento, me arrepentiré siempre de no haberlo hecho antes.
Pero vuelvo al caso de Pepa, quien decía sentir los miedos y dudas de cara a su nueva aventura. Aunque suena muy exótico decir “me voy a vivir a Bali” y despierte todo tipo de envidias, lo cierto es que no es lo mismo viajar por placer que hacer una mudanza y dejar toda tu vida material atrás. Por no hablar de la cantidad de veces que tendrá que decir que no vive en la playa tirada bajo una palmera los 365 días del año 24/7. Es inútil Pepa, ya te aviso, cada uno se montará su historia y no los sacarás de ahí 😉
Después de 6 mudanzas, Mallorca-Doha-Mallorca-Auckland-Cancún-Punta Cana por este orden y en sólo cuatro años, escucho atenta y te comprendo. Pero desde la perspectiva que da el tiempo, llega un momento en el que te das cuenta de que todo lo que necesitas no cabe en una maleta: la ilusión y, en mi caso, mi compañero de viaje y de vida. Todo lo demás es totalmente secundario y superficial. Aunque eso sí, jamás he renunciado a viajar sin mi Thermomix, sin mi cafetera y mi ordenador, ya muchos me conocéis. Pero hasta estas tres cosas –que han dado la vuelta al mundo conmigo- son perfectamente reemplazables.
No necesitas maletas, todo es reemplazabele salvo tu ilusión y tu familia
Pero para quienes se inician en el mundo de las mudanzas, decidir qué ropa llevarse y qué objetos vas a poder necesitar es la peor de todas las pesadillas. Hasta que aprendes que todo se puede comprar. Y lo dice quien ha vivido en lugares donde no llega ni Amazon (caso de Qatar o Dominicana). O donde no existe Zara (caso de Nueva Zelanda).
Sin embargo, hay algunos consejos a tener en cuenta. Será por mi pasado en la industria farmacéutica, pero pronto aprendí que si sólo podía elegir una cosa sería llevarme los fármacos que normalmente utilizo. Y es que no es tan fácil encontrar un simple ibuprofeno no genérico de 600mg. para un dolor de cabeza o una cena regada con demasiado vino. Si viajas con niños, aún más importante acumular toneladas de Dalsy.
Otra cosa que aprendes es qué tipo de ropa vas a necesitar. Para vivir en Qatar dejé en cajas todos mis vestidos cortos y/o escotados a cambio de pañuelos y mangas largas. En Nueva Zelanda opté por ropa de abrigo y de excursión, por aquello de vivir en plena naturaleza. Y en el peor de los casos, no te lleves nada. Seguro que en Bali podrás comprar infinidad de pareos y bikinis como hice nada más llegar a Cancún.
Aprendes a viajar ligera de equipaje. Palabra de Expat
Pero ¿qué hacer con los miedos? En primer lugar, opto por aprender a convivir con ellos. Por un lado porque te mantienen en alerta ante los posibles peligros en un lugar completamente desconocido. Por otro lado, te da esa adrenalina para tenerte todo el día “on fire”. Te hace estar atenta a todo lo que ocurre a tu alrededor y a las novedades de tu entorno. Será que soy masoca, pero me gusta ese punto de adrenalina que me da fuerzas para afrontar todo lo que se me viene encima.
Lo que de verdad me da miedo -hasta rozar la angustia- es pensar que cuando acabe mi aventura no haya exprimido al máximo la nueva cultura o los sabores del lugar. Me da miedo desaprovechar la oportunidad de conocer a la gente local, de conocer nuevas formas de vida.
Me da miedo desaprovechar la oportunidad de conocer gente local y nuevas formas de vida
En cambio, me excita la idea de patearme las calles en busca de casa, charlar con desconocidos, descubrir los mercados con frutas y verduras inimaginables. Me ocupo y me preocupo por formar un hogar donde encontrar ese oasis de paz para mi familia, que es mi marido.
El miedo formará parte para siempre de la vida del expatriado, pero como compañero de viaje que te mantiene en alerta para que no te relajes.
Junto con el miedo, la experiencia de vivir en un país ajeno, despierta en los expats un cúmulo de sensaciones y sentimientos que nunca antes habíamos experimentado. En mi caso destaco siempre las reuniones multiculturales, la posibilidad de compartir cenas y momentos de ocio y charlas con personas que, en otras circunstancias, jamás habría conocido.
En estos momentos, disfruto de las reuniones con un grupo de lo más variado y pintoresco. Nos une las ganas de conocer el país, la afición por la comida y las ganas de pasarlo bien siempre. Y aunque me repita más que el ajo, sigo agradeciendo la oportunidad por compartir mesa con otros españoles pero también con mexicanos, cubanos, ticos, dominicanos, y hasta una californiana y un alemán. Y bienvenido quien se quiera apuntar.
La vida del Expat despierta un cúmulo de sensaciones y sentimientos que nunca antes habíamos experimentado
Puedo pasarme horas sólo recopilando la variedad de localismos y expresiones de cada zona geográfica. Y en estos dos últimos años, además, con la ventaja de compartir la misma lengua. Sin embargo, ser parte en mi día a día en Doha del mix cultural formado por indios, filipinos, palestinos, egipcios, sirios o libaneses fue también una experiencia que jamás hubiera vivido dentro de la burbuja de mi Mallorca natal.
Otra cosa que aprendes cuando vives en el extranjero -y más cuando cambias de continente- es mucha geografía y a hacer los cálculos de los usos horarios. Si te parecía un lío aquello de adelantar o atrasar la hora en España, no sabes lo que te espera cuando tienes, por ejemplo, un negocio online. Programar las publicaciones en las redes sociales o comunicarte con tus familiares y amigos se convierte en un auténtico tetris. Al final es todo un aprendizaje. Es sumar conocimientos que jamás pensaste que ibas a necesitar para ir por la vida.
Al final, sólo lamentamos las oportunidades que no aprovechamos
En el caso de Pepa, expat primeriza, decía acertadamente que en lo esencial nada va a cambiar. Ciertamente lo esencial no cambia, pero lo que quizás cambie es el concepto de lo que es esencial. Y ahí es donde uno se lleva muchas sorpresas.
Siempre pensé que la familia y los amigos de verdad iban a seguir estando ahí y que yo nunca cambiaría en lo “esencial”. Pero la vida nos lleva por caminos insospechados, y las experiencias dejan mella. Así que mi enésima propuesta es no dar nada por hecho y dejar que todo fluya.
Los que te quieren de verdad seguirán a tu lado. Y los que no, quedarán en el recuerdo del pasado. Keep it simple!
Y nosotros tampoco volveremos a ser los de antes. Pronto descubriremos y experimentaremos cosas cuya existencia desconocíamos y muchas otras que aún no conocemos. Por eso lo esencial cambia su significado. Como el valor de tu pasaporte, algo en lo que jamás había pensado antes y que en los tiempos que corren cobra vital importancia.
Cambia el concepto de lo que es verdaderamente «esencial»
Lo mejor es el campo de oportunidades que se abren en la vida de un expat. Sin ir más lejos, yo misma estoy inmersa en proyectos impensables para mí cinco años atrás. Cambiar de contextos y de entorno te lleva a tomar decisiones y acciones inéditas.
Y sí, Pepa y expats primerizas, la vida sólo te la puedes tomar de dos maneras: a las buenas o a las malas. Lo que depende de nosotros es tomar una actitud positiva y tener la mente abierta para disfrutar del camino. Un camino lleno de retos, miedos y algún que otro sacrificio, pero lleno de aventuras, aprendizajes y experiencias compartidas.
*Si quieres leer historias y testimonios de mujeres expatriadas pincha aquí «Historias de mujeres Expatriadas por el mundo» (I) y aquí «Historias de mujeres Expatriadas por el mundo» (II)
¡Ahora también puedes escucharme!
Sí, lo sé, tengo incontinencia verbal. Y es que siempre tengo un montón de cosas que contarte. Por eso, como sé que no siempre tienes tiempo para leerme, ahora podrás escuchar mis aventuras por el mundo desde cualquier dispositivo mientras llevas a los niños al cole, mientras te duchas, conduces o haces la cola del supermercado ¿qué te parece?
Yo soy muy fan de los PodCast, pero sé benevolente, porque es mi primera vez y me muero de vergüenza.
Eso sí, acepto todo tipo de críticas constructivas 😉
¡Me encanta el post con audio! Deberías animarte a hacer podcast.
Estoy de acuerdo contigo en todo, sobre todo en que cada uno vive la experiencia de una manera muy diferente y cada vez que cambias de país también es diferente. Para mi lo peor sin duda, es no saber cuando va a terminar la aventura. Cuando a uno le expatrian por un tiempo concreto, vive la experiencia de otra manera, mucho más intensamente ¡Vamos sacarle el jugo al máximo a estos dos años que vamos a estar en Medio Oriente! Pero cuando te vas y no sabes cuando vas a volver, la cosa cambia…7 años después, seguimos en la misma ciudad, y ya no es la emoción del principio…ya solo esperas esas llamada que te diga que hay un proyecto en otro destino. Lo bueno es que cuando llega…¡empieza lo bueno de nuevo! 🙂
Mil gracias Nieves, pero no me estropees la primicia, jajajajaja!!!!
En efecto, estoy haciendo pruebas para un futuro canal de PodCast, así que tu mensaje es un empujón más que me motiva a seguir trabajando en ello 😉
Leyendo tus palabras, me gustaría preguntarte qué te impide dar tú el paso al cambio. Quiero decir, si llevas mal no tener fecha de regreso, no saber cuándo vas a volver, si sientes que no lo exprimes igual que el primer día ¿qué te impide buscar un nuevo destino en lugar de esperar esa llamada que no llega?
No sé cuánto llevas leyendo mi blog, pero te aseguro que cada cambio y cada nuevo destino no ha sido fruto de la casualidad ni de la suerte, ¡la suerte se busca, no se encuentra!
Y te entiendo perfectamente, lo de la emoción del principio. Pero a mí me está pasando algo muy curioso en mi último destino: Dominicana es el lugar donde más tiempo hemos estado -2 años- y es justo ahora cuando empezamos a devorarlo como si se fuera a acabar mañana. No sé si será el inconsciente que nos prepara para un nuevo cambio :O
Un abrazo y muchas gracias por compartir tus experiencias 😉
Laura.
Muy bueno el post y tu tono de voz, calmado y con una clara pronunciacion. Y lo más importante, la perspectiva y la actitud positiva y de agradecimento. Eso si, que Amazon si llega a Doha, yo lo he utilizado várias veces y estoy en Qatar desde 2013. Un beso
Gracias Susana, voy haciendo pruebas con el audio, me alegra saber que te gusta 😉
Ya sabes que soy Adicta al Pensamiento Positivo, desde que lo practico todo se ve y sabe de otra manera 😀
Pero lo más importante, yo también llegué a Doha en 2013 ¿de verdad llega Amazon y yo sin enterarme???? :O
Un abrazo y besos caribeños.
Pues yo he utilizado Amazon.com es decir USA y también Amazon.uk desde 2013.
Además de que antes del bloqueo, utilizé várias veces Souq.com de los UAE
También existe un servicio de Qpost que te asignan una direccion virtual en USA , y es la que colocas para los envios, luego ellos se encargan de todo, con entrega en casa, no necesitas POBox vale, este servicio debe tener un año o algo así.
Hola Susana, aquí en Dominicana funciona igual, te llegan los envíos a un P.O.Box de Miami y de ahí lo mandan pero tengo que pagar los gastos hasta aquí. Está bien, es rápido pero a veces no compensa. Lo de Qatar no lo sabía, yo lo compraba en Amazon.es y lo recogía cuando iba de vacaciones.
Un abrazo, Laura.