
Hace un tiempo publiqué el post Singapore 2.0 y recibí mi primera crítica negativa. Algo para lo que llevaba mucho tiempo preparada, por supuesto. Aunque una ya está acostumbrada a todo, el tono que utiliza cierta gente para atacar las opiniones personales siguen dejándone con la boca abierta. Creo en la libertad de expresión, siempre que se haga desde el respeto y, naturalmente, celebro que haya diferentes opiniones porque es indicio de buena salud. Lo que no deben perderse nunca son las formas. Sobre este tema ya escribí hace tiempo en relación al famoso post No salgas con una chica que viaja (famoso el original, no el mío).
Pecado cometido: culpable de actuar como una turista más en mis cuatro días de vacaciones en Singapur.
Entrando al detalle, no me paré a examinar los aspectos socioeconómicos de la ciudad que visité, no analicé la repercusión de los sueldos millonarios de sus gobernantes, del conflicto social debido a la mezcla de grupos étnicos, del tráfico humano que esconde la ciudad que tanto maravilla al mundo, las condiciones de trabajo de los inmigrantes, los engaños, la prostitución, etc, etc, etc. Y la estocada final, tan ocupada estaba degustando un chicken rice que se me acusa de no enterarme de nada de lo que verdaderamente me rodea.
Probablemente, y no queriendo restarle importancia al párrafo anterior, muy gustosamente hubiera podido responder que para ver todas las miserias del mundo juntas no hacía falta gastarme una pasta para volar a Singapur, lo veo todos los días sin salir de casa. Incluso podría haberle remitido a los primeros posts de este blog, porque si hay alguien crítico con todo lo que nos rodea, sin duda, ésa soy yo. Diría más, ¿en qué idílico país no suceden cosas de las que avergonzarse?


El espacio de un blog personal que cuenta historias y pensamientos íntimos de un individuo que lo comparte con quien libremente quiera leerlo no debe confundirse con ningún tipo de apología. Y si quiere aprovecharse tal espacio para hacer algún tipo de llamamiento social, bienvenido sea, pero desde el respeto. Porque las cosas, con una sonrisa, siempre son mas fáciles.
Porque para predicar, hay que dar ejemplo.
La gente tiene mucha tendencia a criticar sin mirar su propia viga, a lo largo de mi experiencia da lo mismo lo que hagas o como lo hagas siempre buscará el modo de buscar el lado oscuro sin mirar su propia oscuridad , obviando que todos tenemos nuestros defectos y trabajamos para que se perciban nuestras virtudes, un besito Laura
Antonia, teniendo tele en color hay quien todavía la ve en blanco y negro.
Besos (y paciencia).
Laura.
Hola! Pues muy bien… Ánimo y a seguir contando cosas.
Besitos dobles
Seguiremos contando en la medida que el mundo no deje de sorprenderme.
xx
Laura.