
GTD es el acrónimo en inglés del sistema Getting Things Done. O dicho de otro modo, un sistema que te invita a vivir de manera organizada y con eficacia: el arte de la productividad sin estrés. Pero para mí, que creía vivir en un sistema de organización infalible, GTD era (y sigue siendo) sinónimo de Gana Tiempo para el Disfrute.
Cuando conocí a mi futuro marido -ahora que no me escucha-, era una de esas personas que vivían en un continuo suspiro porque todo se le olvidaba. El ruido en su cabeza le hacía vivir en una situación de estrés permanente. Y claro, algo así afectaba a todo su entorno.
Siempre cuento la misma anécdota que él niega otras tantas veces de manera rotunda: la gota que colmó mi paciencia fue el día que olvidó una de nuestras citas. Es posible que nunca nos pongamos de acuerdo en qué le impulsó a buscar un método para organizarse y vivir sin estrés. Pero en lo que sí siempre coincidimos es en afirmar que el GTD salvó nuestro matrimonio.
El sistema GTD salvó nuestro matrimonio
No sólo nos casamos y seguimos felices y enamorados cinco años después, sino que GTD se ha convertido en una historia de amor, en un miembro más de la familia. Durante años nos acostábamos con David Allen, padre creador del “sistema”, y también con los artículos del Blog Óptima Infinito firmados por José Miguel Bolívar. Así es. Sin quererlo, me acostaba con un desconocido del que oía hablar a todas horas, el gurú que colmó de felicidad mi relación de pareja.
Durante todos estos años he escuchado distraída a mi marido hablar del “método”, de la necesidad de “capturar”, “aclarar”, “ejecutar sin pensar”, de la “revisión semanal”, de la importancia de volverse a «subir la tabla”, de las “listas”, de los “contextos”.
Durante todos estos años he escuchado distraída a mi marido hablar de conceptos que no entendía
Sin hacerle demasiado caso al método ni a la secta, me acostumbré hace tiempo a dejarle post-its en su “inbox” comprado en Singapur y que ha viajado con nosotros en nuestras 5 mudanzas por el mundo. Porque “si no está en mi inbox no existe”, me dice cada vez que le regaño por no hacer tal o cual cosa. Cada vez que salgo de casa le pregunto antes si hay algo en su contexto de “cosas que hacer fuera de la oficina”. Cuando un domingo por la tarde me apetece sesión de cine en casa le digo que consulte su lista de “películas pendientes”.
Lo confieso, me he estado riendo mucho de mi propio marido porque no entendía nada. No prestaba atención a lo que era tan evidente. Nuestra relación iba viento en popa, y mientras estuviera encima de la tabla surfeando las olas, vivíamos tranquilos, con tiempo para nosotros, para el ocio y sin noches de insomnio. De hecho, aún sin entender nada, los sábados le avisaba de que no volviera a casa sin la revisión hecha, porque sin ser consciente de lo que significaba sabía que era importante acabar la semana con los deberes hechos. Importante para él pero más importante para mí, para qué nos vamos a engañar.
Al mismo tiempo le decía que yo no necesitaba el “método”. ¿Yo? con mi buena memoria, con un amor por el orden que roza el TOC y con mi sistema de planificación infalible ¿por qué iba a cambiar mi sistema de planificación por el GTD? Incluso hace más de un año escribí un post sobre cómo poner orden en tu vida donde comparaba mi sistema de planificación con el de mi marido.
¿Por qué iba a cambiar mi sistema de planificación por el GTD?
Hace un año se hizo realidad uno de los sueños de mi marido: contactó con su gurú y consiguió que cruzara todo un océano para dar un curso presencial de GTD para un grupo de directivos de la empresa. Conocerle en persona fue, en palabras de mi pareja, uno de sus mayores logros gracias al sistema GTD y a su lista de proyectos. Porque sin el “método” jamás podría haber hecho realidad el sueño de conocer en persona a José Miguel Bolívar.
Pero ¿qué es esto del GTD? Lo definiría como un sistema de organización para la vida personal y profesional para hacernos a todos la vida más feliz. Y no es un sistema complicado, lo que son complicadas son nuestras vidas.
Como dice José Miguel Bolívar, muchos de nosotros afrontamos la vida queriéndonos comer un fuet entero de un solo mordisco, y claro, nos atragantamos. Lo más sencillo, saludable y sabroso es cortar en lonchas finas todos nuestros objetivos y comérselas una detrás de otra, sin anticiparse a la siguiente. Dicho de otro modo, todo proyecto puede trocearse en mini-tareas más realistas y lógicas.
Se trata de vaciar nuestra mente de tareas pendientes y de crear un sistema fiable a modo de disco duro externo de nuestra mente para dejar ese espacio libre de estrés. El “sistema” permite dejar tu mente en paz, como una balsa de aceite. Porque la mente no está diseñada para almacenar, sino para generar ideas. Y hay que dejarla libre para crear.
¿Cómo afrontas los proyectos más importantes de tu vida?
Pero no estoy yo aquí para hablar ni vender el sistema GTD. Escribo para expresar mi gratitud a la invitación para asistir a este curso presencial hace apenas unos días y poder conocer personalmente a José Miguel, a Paz, a Marta y a Irene.
No sólo se me ha abierto ante mí un mundo al que le he dado la espalda durante tantos años. Más allá de la utilidad de aprender nuevas formas de organización para hacerme la vida más sencilla, he tenido la oportunidad de conocer a grandes profesionales y extraordinarias personas que me han invitado a formar parte, no sólo de la familia GTD, sino a entender una filosofía de vida.
De mi parte puse mi predisposición a acudir al curso con la mente abierta para conocer aquello por el que mi marido suspiraba. Aún se le saltan las lágrimas de emoción cuando me ve creando listas, haciendo mi revisión semanal o me ve capturar con papelitos que acaban en mi bandeja del escritorio y que aclaro al menos dos veces al día. Y no es una manera de hablar, se emociona de verdad, feliz por sentirse comprendido y por el orgullo de haberme metido en la “secta” GTD.
A mi marido se le saltan las lágrimas viéndome capturar y creando listas
Personalmente me siento satisfecha por haber sido capaz de retarme ante algo que me producía indiferencia, por pensar que lo sabía todo y que ya me iba bien con mi propio sistema de organización. Me siento bien conmigo misma por el simple hecho de haber superado creencias que me limitaban a aumentar mi aprendizaje y a abrir nuevas perspectivas.
Me llevo, además, una forma de entender el trabajo del conocimiento en el que, precisamente, estoy metida de lleno. Siento mi mente libre de ruidos, como si todo ese torbellino que siempre está presente en mi cabeza se hubiera trasladado a ese disco duro externo dejando mi mente libre para dar rienda suelta a mi creatividad. En tan solo una semana siento el alivio de poder dedicar mi tiempo a crear en lugar de obligarme a recordar toda la lista de cosas pendientes por hacer.
La organización con eficacia es la base en el trabajo del conocimiento
Sólo quería escribir unas líneas para hablar de mi historia de amor personal. De cómo mi relación de pareja cambió gracias al “método” y sobre cómo el aprendizaje en nuestras vidas es continuo si uno quiere seguir creciendo. De cómo los grandes proyectos personales y profesionales se hacen realidad si uno quiere. O de cómo llegamos a complicar nuestras vidas viviendo en un estrés continuo que acaba con nuestra salud y con nuestras relaciones personales.
Más allá de las herramientas que cada uno utilice, más allá de nuestras creencias personales o religiosas y más allá de la sobrecarga de trabajo que cada uno asuma en su vida, lo importante es saber qué queremos hacer con nuestro tiempo. A quién y a qué se lo queremos dedicar. Cuál es nuestro propósito en la vida. Qué es lo que realmente importa.
Lo importante es saber cuál es nuestro propósito en la vida, qué es lo que realmente importa
Vivimos en una sociedad líquida donde todo cambia rápidamente. En una época donde las nuevas tecnologías han transformado la manera en la que creamos, consumimos y procesamos información. Pero también las TIC han cambiado la manera en la que nos relacionamos, tanto a nivel personal como profesional.
GTD no es el único sistema y puede que no sea el que mejor encaje contigo. Pero en mi vida ocupa un lugar destacado por su carga emocional. Y todo lo que emociona queda grabado a fuego para siempre.
Bibliografía recomendada:
Allen, David. Organízate con eficacia [Getting Things Done] Barcelona: Ediciones Urbano, 2015 ISBN 987-84-92921-30-0
Bolívar, José Miguel. Productividad Personal. Editorial Conecta ISBN 978-84-16029-34-1
Hola, Laura:
Hay pocas cosas más gratificantes para mí que saber que influyo positivamente en la vida de las personas.
Me ha encantado el post – todo – y te lo agradezco de corazón.
Un fuerte abrazo y otro para Gabriel.
Muchas gracias José Miguel. A mí ya no me quedan palabras de agradecimiento. Tan sólo el deseo de volver a veros el años que viene, lo cual ya está en mi lista de proyectos GTD y primera loncha de «fuet» cortada 😉
Hasta la próxima.
Laura.
PD. Ya me caí, ¡¡¡así que una menos!!!!