
¿Te has preguntado alguna vez qué imagen transmites a los demás? Qué huella dejas en tu entorno familiar, social o laboral ¿cómo te ven? y más importante ¿cómo quieres que te vean? Porque tu marca personal eres tú, no se construye. Evoluciona y se transforma a lo largo de la vida a medida que tú creces y maduras como persona.
Es como el ejemplo que ha viralizado Víctor Küppers: las personas transmitimos sensaciones, y si vamos por la vida como una bombilla a 30.000w trasmitimos esa potencia mientras que hay personas que van fundidas. La marca personal es nuestra forma de ser, la huella que dejamos en los demás.
Es la dificultad que encuentran aquellos que inician el proceso de reinvención personal, un cambio de vida como una expatriación o que emprenden su propio negocio: desarrollar su marca personal ¿qué quiero transmitir?
Si mañana te fueras de este mundo, ¿cómo querrías que te recordaran?
En un mundo global y cada vez más competitivo, lo que marca realmente la diferencia es la singularidad, la autenticidad, el deseo o el interés que despertamos en los demás.
Cuáles son nuestros valores, nuestras virtudes, nuestros miedos, nuestras pasiones o nuestras carencias. ¿Acaso no es mejor conocerse a sí mismo en lugar de dejar que los demás nos etiqueten?
Error #1: crear una marca personal desde cero
Crear significa producir algo de la nada de la noche a la mañana, y quien pretenda crear su marca personal estará ejerciendo de impostor. Se trata de descubrir el potencial que hay en tu interior. No se construye desde fuera sino desde dentro. La marca personal se define como la suma de valores que nos identifican y todo aquello que transmitimos.
¿Cómo saber qué es lo que contagiamos? Conociéndonos a nosotros mismos.
El problema del autoconocimiento es que no siempre somos honestos con nosotros mismos ni sabemos por dónde empezar a buscar nuestras habilidades. El proceso de conocernos pone en evidencia nuestros miedos, nuestras pasiones y nuestras debilidades. Es por ello que resulta más fácil creernos un personaje que no somos. Además, conocerse a sí mismo requiere un esfuerzo que no todo el mundo está dispuesto a asumir en la sociedad de la inmediatez ¿quién tiene tiempo para sentarse diez minutos a pensar sobre sí mismo?
Error #2: criticar a los demás en lugar de hacer autocrítica
En realidad, cuando ponemos a parir a los demás lo que estamos haciendo es proyectar nuestro odio y nuestros problemas internos. El ego nos domina hasta el punto de que es más fácil culpar a los demás que asumir nuestras responsabilidades.
Emitimos juicios a modo de veredictos para destruir a todo aquel que deja en evidencia nuestros miedos y debilidades. En realidad, los demás actúan de espejo donde vemos nuestras propias carencias. Por ello es tan importante trabajar la autoestima y la marca personal: qué queremos ver en ese espejo que nos acompaña a todas partes.

Image by © Elisa Lazo de Valdez/CorbisImage by © Elisa Lazo de Valdez/Corbis
Todos tenemos nuestra marca personal aunque no la trabajemos. Sólo hay que pedirle a tres personas cercanas a nosotros que nos describan o realicen un sencillo test a través del cual podamos sacar ese retrato robot de cómo nos ven los demás.
A veces uno se da cuenta de cómo nos valoran los demás en aspectos en los que nuestra autoestima tira a la baja, o al contrario, cómo nos sobrevaloramos en cuestiones donde nos creemos muy duchos.
Error #3: distinguir entre el plano personal y el profesional
En el desarrollo de nuestra marca personal no debería haber distinción entre el plano personal y el plano profesional. No podemos pretender llegar del trabajo a casa y desconectar como si fuéramos máquinas. Somos quienes somos y nuestras habilidades y carencias se reflejan (en planos diferentes) en las distintas áreas de nuestra vida.
Cada uno de nosotros interpreta roles diferentes a lo largo del día: el rol de padres/madres, compañeros, amigos, hermanos, hijos, empleados, clientes, y así continuamente. Constantemente asumimos responsabilidades en relación con rol del momento ¿quiere decir que cambiamos de disfraz a cada instante? Todo lo contrario, nuestra marca personal es la huella que dejamos, es nuestra esencia.
De manera natural proyectamos nuestra manera de ser en todas las áreas de la vida, y nuestro éxito en la vida en cada uno de nuestros múltiples papeles va a depender de:
- darnos cuenta de quiénes somos y del entorno que nos rodea
- asumir responsabilidades de nuestros actos (no de las acciones de los demás)
- desarrollar la confianza en nosotros mismos
- aumentar nuestra autoestima a través del aprendizaje continuo
- autoconocimiento para juzgarnos a nosotros mismos
Error #4: crear un personaje
La marca personal debe reflejar aquello en lo que destacas, en lo que te diferencia de los demás, qué valor añadido ofreces, tu estilo. Se trata, en definitiva, en ser auténticos. Y para ser auténticos tenemos que ser coherentes entre lo que hacemos y lo que decimos.
El mayor obstáculo al que se enfrenta la mayoría de la gente es una pregunta simple y directa ¿en qué eres bueno?
Suele pasar en las entrevistas de trabajo, a nadie le gusta hablar de sí mismo. Me ocurre también en las sesiones de coaching cuando pregunto qué se te da bien hacer a ti, o cómo crees que te ven los demás. Mi favorita es: si mañana te fueras de este mundo, ¿cómo querrías que te recordaran?
Este tipo de preguntas incomodan porque nunca nos paramos a pensar realmente quiénes somos, y para dar forma a nuestra marca personal lo primero que debemos ser es auténticos.
A los impostores, con el tiempo, se les acaba descubriendo. La base para tener una marca personal sólida es comunicar con confianza tus talentos, habilidades, misión y pasiones. Todo aquello que nos caracteriza debe ser utilizado para diferenciarnos del resto y convertirnos en alguien en quien poder confiar.
Error #5: querer saber de todo
El futuro exige cambios. No en vano vivimos en una sociedad líquida en la que todo cambia rápidamente: la sociedad, las estructuras familiares, la economía, el mundo laboral, la tecnología. Por ello se buscan personas que sean especialistas, que marquen la diferencia, que transmitan conocimientos, que sean resolutivos, que irradien seguridad y liderazgo.
La teoría parece fácil ¿verdad? Entonces, ¿por qué hay quien se siente invisible en la época de mayor visibilidad cibernética? Los errores más comunes en los que suele caer la gente es en dar una imagen que no se es, querer saber y hacer de todo sin ser especialista de nada.
Error #6: querer gustar a todo el mundo
Vivimos expuestos, ya sea en las redes sociales, en nuestro trabajo o en nuestro entorno social y familiar. Hagamos lo que hagamos, siempre vamos a recibir críticas, incluso de nuestro entorno más cercano y/o familiar. En el ámbito laboral es fácil recibir críticas si triunfamos como resultado de la envidia.
Es un error intentar agradar a todos porque no sólo no es posible, sino que al pretender gustar dejamos de ser nosotros mismos. Por eso es importante la seguridad sobre lo que estamos haciendo al recibir críticas para que no dañe nuestra autoestima.
Resulta muy útil preguntarse desde qué plano nos están criticando: si es una crítica constructiva o no, si se critica desde el desconocimiento, desde la envidia, desde la frustración o desde la rabia. La mayoría de las veces -como ocurre con los haters en las redes sociales- ¡¡¡nos critican personas que no nos conocen!!!
Así pues, no debemos pretender gustar a todo el mundo, sino vencer el miedo a exponernos.
Error #7: vender no es engañar
Otra dificultad a la hora de crear nuestra marca personal es no saber vendernos porque existe la creencia que nos limita de que vender es engañar. Me he dedicado al mundo de la venta y del marketing durante más de 15 años, y el arte de vender es precisamente eso, un arte que permite captar la atención de quien está al otro lado. Y vender es comunicar.
A la hora de comunicar cuenta cómo lo hacemos, desde nuestra postura corporal, el tono de voz, si miramos o no a los ojos del interlocutor, si captamos su atención, si hablamos hacia fuera o lo hacemos hacia dentro, si inspiramos conocimiento y confianza, etc.
Y uno de los mayores errores, por supuesto, es no saber comunicar nuestro valor ¿en qué somos realmente buenos? Cada uno tiene su estilo de acuerdo con su manera de ser y sus cualidades. Y por supuesto, se puede (y se debe) vender con valores.
Si yo soy una persona extremadamente ordenada, detallista y perfeccionista, mi manera de mostrarme en público -o de ofrecer los beneficios de mis servicios o productos- se hará de acuerdo con mis valores. Sólo hay que seguir siendo nosotros mismos.
Sólo hay que seguir siendo nosotros mismos.Sólo hay que seguir siendo nosotros mismos.
Conclusión:
La marca personal es la suma de los valores que transmitimos, y evoluciona a lo largo de nuestra vida a medida que crecemos en experiencias, valores y como personas. Sólo hay que empezar por preguntarse ¿quién soy y qué es lo quiero trasmitir a los demás?
Deja una respuesta