
Ayer conocí a Carmen, otra expatriada que ha tenido la valentía de dejar voluntariamente su trabajo en España y apoyar a su marido en un proyecto profesional. Embarazada y con una niña de dos años.
Una vez más, me quito el sombrero ante las madres que ven en esta experiencia una oportunidad y un reto en lugar de lamentarse por el abandono de la estabilidad del hogar. Contábamos la cantidad de veces que hemos oído, en relación a este cambio de vida, la manida frase “qué suerte tienes”. Y mirando a su hija me dice, “suerte no, lo que no hay que tener es miedo”.
Y así fue cuando me surgió del alma aquello de que todo el mundo desea algo mejor o busca dar un giro a su vida. Pero hay una gran diferencia entre pensar y pasar a la acción. Nos miramos con complicidad y nos ponemos a reír, porque el buen humor es lo último que hay que perder. Y hoy, recordando la escena anterior, me he puesto a pensar.
Hay una gran diferencia entre pensar y pasar a la acción
Un año después de haber dado un giro de 360 grados en mi relación conmigo misma no soy ni más guapa, ni más lista, ni más espabilada que nadie. Pero me siento inmensamente feliz.
En esta vida sólo hay dos maneras de conseguir las cosas: robando o trabajando honestamente y con esfuerzo en todo aquello que te motiva. Y, por supuesto, soy del segundo bando.
Los objetivos personales de cada uno se van gestando a medida que evolucionamos y sumamos experiencias que, a veces, son circunstanciales. Pero lo cierto es que estos objetivos maduran con el tiempo. Que nadie se crea que te levantas una mañana diciendo “quiero ser astronauta” y al día siguiente aterrizas en la luna.
Pero resulta que con el día a día, las personas que hacen el esfuerzo de pensar qué quieren hacer con su vida llegan a plasmar en un papel la lista de cosas que pueden hacer para cumplir sus sueños, y las ponen en práctica. Porque para soñar despierto, primero hay que tener los pies en el suelo.
Los objetivos personales de cada uno se van gestando a medida que evolucionamos y sumamos experiencias
En mi caso recuerdo perfectamente el día y la hora en que me sucedió algo así. Hace ya algunos años, una mañana soleada de invierno, la que por entonces era mi jefa, mentora y después amiga, me preguntó a bocajarro ¿qué harías si no trabajaras en la industria farmacéutica?
La decepción en su rostro al comprobar que jamás se me había pasado por la cabeza hacer otra cosa a la que me había dedicado honrosa y satisfactoriamente los últimos diez años de mi vida laboral, me dolió hasta lo más hondo.
Me avergoncé por no ser capaz de encontrar una respuesta sincera
Me avergoncé por no ser capaz de encontrar una respuesta sincera. Porque lo más triste es que no me lo había planteado nunca. Ni que decir tiene que Teresa, con la lucidez e inteligencia que la caracteriza, empezó a explicarme todas las opciones que bullían en su cabeza.
Yo no pude más que escuchar a esa profesional con una carrera llena de éxitos a la espalda, madre de tres hijos y con una energía que me hizo languidecer. A partir de ese momento, y han pasado seis años, no ha habido ni un solo día en el que no me haya acostado preguntándome “qué quiero ser de mayor”.
La primera premisa para que te sucedan cosas es que tienes que estar predispuesto a que te ocurran.
No ha habido ni un solo día en el que no me haya acostado preguntándome “qué quiero ser de mayor”.
En mi lista de prioridades había una por encima de todas las cosas: viajar. Así que puse en marcha el plan: «esto lo ahorro para mi próximo viaje». De este modo, cada vez que me paraba ante un escaparate babeando por unos zapatos de tacón vertiginosos me decía a mí misma que por ese precio pagaba un billete o un hotel.
Es fácil si uno se ha parado a establecer sus prioridades, sólo hay que contar hasta diez antes de sacar la tarjeta de crédito. Así fue como el plan de ahorro funcionó y pude viajar mucho más.
La primera premisa para que te sucedan cosas es que tienes que estar predispuesto a que te ocurran
Mi ambición por conocer mundo pasaba por tener una experiencia profesional internacional, y aunque lo intenté, no se materializó hasta que, gracias al que es hoy mi marido, surgió la oportunidad.
Y aquí estoy, en Doha. Puede que no sea el lugar ideal, pero me adapté en tiempo récord, y los proyectos hay que empezarlos poniendo la primera piedra. Y, por supuesto, no va a ser la última.
Evidentemente, cada paso que das en la vida supone renunciar a algo a cambio por el camino. Nada es tan idílico como parece. Surgen inseguridades, noches sin dormir y hay muchos días en los que te cuestionas si has hecho lo correcto.
Entonces, cuando aparecen las dudas, echo un vistazo hacia atrás y recuerdo por qué quise un cambio y vuelvo a repasar mi lista de prioridades.
Para ello hay un truco que me enseñó un amigo por aquella época de perseguir sueños: cierra los ojos e intenta visualizar aquello que tanto ansías ¿te ves? Y por estúpido que parezca, funciona.
Cierra los ojos e intenta visualizar aquello que tanto ansías ¿te ves?
Porque lo primero que hay que hacer es conocerse uno mismo para saber hasta dónde puedes llegar, cuales son tus puntos fuertes y cuales son tus debilidades, y así podrás establecer objetivos alcanzables.
De este modo tus sueños se tornan dinámicos, pueden ir cambiando a medida que las cosas se suceden. Es increíble la cantidad de cosas que puedes llegar a hacer sin habértelo planteado siquiera. Y cuán lejos puedes llegar sólo porque te habías subestimado. Pero claro, eso lo sé ahora.
Porque pasaba el tiempo y seguían retumbando en mi cabeza las palabras de Teresa “¿qué harías si no trabajaras aquí?”. Y ya había dado el paso más temido, dejar mi empleo, mudarme a otra ciudad, enfrentarme a otra cultura, a otro idioma, ¡incluso me había casado! ¿Y ahora qué?
Debes conocerte a ti mismo para saber hasta dónde puedes llegar
Pues a darle vueltas al coco, porque nadie va a venir a tu casa a decirte “mira, tenemos todas estas opciones especialmente diseñadas para ti, cuál eliges?».
Así es como vas estudiando el terreno mientras vives con menos, te adaptas al entorno y te las ingenias para ahorrar un poquito de aquí y un poquito de allá para de vez en cuando seguir viajando, a ver si en una de estas te llega la inspiración cual artista con el pincel.
Una de las lecciones que he aprendido es a vivir de manera sobria y modesta, como dice el político uruguayo José Mújica: «reducir la acumulación de bienes materiales implica invertir en tiempo para vivir de acuerdo a todo aquello que realmente nos satisface y nos motiva, y que no necesariamente tiene por qué ser el trabajo».
«Reducir la acumulación de bienes materiales implica invertir en tiempo para vivir de acuerdo a todo aquello que realmente nos satisface»
O como escribí en el post anterior I wanna be rich, cuántas horas tengo que trabajar para pagar tal cosa. Algo puede que tenga que ver haber pasado de vivir sola en un piso con tres habitaciones y cuatro armarios a un apartamento de 50 metros cuadrados a compartir con mi marido.
Pero sea como fuere, al final se trata de establecer nuestra lista de prioridades en la vida. Y ahí he de reconocer que me atasqué un poco.
Pero yo seguí a lo mío. Y un día me pongo a escribir para canalizar mi empanada mental. Y cuando ya tengo páginas y páginas escritas decido confesarme públicamente. Se me ocurre publicar en un blog, y ese blog que me expone ante todo y ante todos, me desnuda el alma cada vez que le doy al botón “publicar”.
Un día me pongo a escribir para canalizar mi empanada mental
Y descubro que es gratificante, que me llena, me satisface. Entonces empiezo a descubrir, a través de mi propia escritura, lo que soy, lo que siento y lo que quiero.
Así es como empiezo a trazar el siguiente plan. Quiero estudiar, quiero estudiar algo que me llene. Invertir en conocimientos que me permitan en un futuro no muy lejano incorporarme al mundo laboral en algo nuevo, en algo en lo que pueda desarrollarme personal e intelectualmente.
¿Qué más da si no me hago millonaria? En realidad siento que ahora soy inmensamente rica, pero no en bienes materiales, sino rica en experiencias, proyectos y emociones. Porque al fin y al cabo, parece mentira, pero resulta que la felicidad está en uno mismo.
Empiezo a descubrir, a través de mi propia escritura, lo que soy, lo que siento y lo que quiero.
Sé que es un objetivo ambicioso y arriesgado bajarse del tren del mundo laboral durante un tiempo porque ¿quién querrá contratarme a mis cuarenta y tantos para cuando haya acabado mis estudios? Plan B, si nadie confía en mí me buscaré la vida por mi cuenta, que es uno de mis planes a medio plazo.
Es verdad que me quita el sueño algunas noches, sí, pero al mismo tiempo se agolpan en mi cabeza docenas de ideas de cosas que ahora sí, seis años después, quiero poner en práctica. Primero pensar, y después pasar a la acción.
La ventaja es que ya me he demostrado a mí misma que puedo conseguir lo que me proponga.
Así que como reza el dicho, de suerte nada, la suerte hay que buscarla. Y para ello lo primero que hay que hacer es despojarse del miedo. Simplemente haz que las cosas sucedan.
Brava!
En esta loca aventura de la vida somos colegas.
Te diría suerte, pero no la necesitas 😉
Tremendo relato cosmic! Me ha encantado.
Gracias Cosmic, no sabes qué divertida es la vida cuando te la planteas de esta manera 😉
Bueno, qué te voy a decir a ti 😉
Hola Laura, Avui necesitava llegir això dóna força y positivisad, un beso molt fort, m’ha encantat
Què dius? Però si tu ets una apassionada de sa vida que vas sempre a 200km/h!!!!
Never give up Antònia, no hem de perdre ni un segon xx
Me ha encantado!! Gracias a ti, Laura por ser la voz y la palabra de muchos de los que emprendemos este proyecto de vida. Un besito mío y otro de Eva.
Ayyyyyy Carmen, qué afortunada es tu niña y qué envidia (sana), ¡toda una vida por delante!
Os comeréis el mundo, pero recordad: primero pensar, después pasar a la acción 😉
Gracias a ti por inspirarme.
Laura.
Eres una crack SIS !!!!!!!
Mira quién habla, anda, cuenta ¿próximo proyecto?
Espero ansiosa verte como digna sucesora de nuestra querida Dian Fossey 😉
Don´t give up Mariel!!!!
Te felicito, por tenerlos bien puestos y haberte atrevido 🙂
Somos muchos Roberto, mucha suerte 😉
Keep in touch!
fenomena ¡ eres una fenomenal. Muuuuuucha suerte Besos
¿Puedo pedir un deseo??? Vuelve, te echamos de menos xx
¿Quién dijo insuperable, guapita de cara? Tú no, seguro…
Ya no te desnudes más, que sabrán ya todos más de lo que yo sé… ¡Jolín!
Ah, otra cosa. Ya sabes que sé ponerme en «modo tía» muy bien, -ya son algunos añitos de experiencia- pero me agoto… Y… «tengo de cambiar de modo: ¿¡¡Para cuando el post de NZ, joé!!?
¿Qué tal me expreso en castellano, pero?
Cuida’t, estimada!
Jajajajajajaja, eres total Javier, eres una fuente inagotable de energía. A ti no hace falta preguntarte, te salen las ideas disparadas como un misil, tan rápido que no alcanzas a retenerlas a tiempo, però.
Tuuuuuuu, NZ está en el horno, sólo pendiente de procesar las fotos, mos entenem o no? Perquè amb això de la «lengua del Imperio» se’m fa raro, raro…
Keep calm, tot arriba!
Besades i aferrades pes coll 😉