
Este es, sin duda, el país del “not allowed”. Y si te da por preguntar ¿por qué not allowed?, jamás encontrarás la repuesta. Filipinos e indios están instruidos por los mismos pensadores y filósofos de este gran país que nos da de comer.
Lo vives todos los días, en cualquier lugar y en las situaciones más surrealistas, pero la última me ha tocado la fibra, y me consta que no soy la única.
Campeonato del Mundo de Balonmano Qatar 2015. ¿Cuántas veces he tenido o voy a tener la oportunidad de vivir un acontecimiento como este? Nunca, provengo de provincias, de una minúscula isla en medio del Mediteráneo para ser más exactos, así que la idea de ver a la selección, doble campeona del mundo, en vivo y en directo en un país donde aparentemente nunca pasa nada, pues me ponía, bastante.
Mi afición por el balonmano no se puede decir que venga de lejos, pero tampoco me lo descubrió un tal Urdangarín que veraneaba por la gorra al lado de mi casa, pero es un deporte entretenido e infinitamente más intenso que un partido de 90 minutos de fútbol.
La cuestión es que en este país todo es un despropósito, y el dinero no lo puede todo (aunque silencio, “ellos” aún no se han enterado).
La primera en la frente, comprar entradas para dicho evento resulta ser una odisea, ¿cuánto habrán pagado los organizadores por la página web? Porque durante los primeros días la página oficial lo que anuncia es “basket”, deporte con el que estoy más alineada. Entonces aprovecho y hago click en dicha pestaña. Para mi sorpresa el baloncesto me ofrece comprar entradas para el balonmano.

Curiosidad número dos: la Furia Conquense. La noticia era que Qatar había contratado a 60 personas procedentes de varias peñas españolas para animar durante el mundial. No me sorprendió, me pareció gracioso que, debido a la nula afición que debe haber por el deporte unido a que los expats españoles aún somos minoría, pues que era un detalle comprar a golpe de talonario a unos peñistas que seguro darán color y calor a las gradas. Ingenua de mí, resulta que los susodichos se han vendido para animar a la selección de Qatar. No es una crítica, todos tenemos un precio y, además, ¿por qué no aceptar un regalo como este, volar en Qatar expensive Airways World´s 5 Star Airline y poder assitir a todos los partidos de tu deporte favorito a cambio de ponerte el sombrero de torero, tocar el bombo y cantar Paquito el Chocolatero? ¿Que tienes que animar a la selección de Qatar a cambio de tal desembolso? Nada que decir, me parece no sólo estupendo, sino una oportunidad única de pasar a la historia. Es más, podrán lícitamente animar hasta quedarse afónicos a Borja Fernández, apodado el “Hispano”, jugador español nacionalizado qatarí para disputar tal evento. Además, si alguien tiene sentido del humor de sobra para reírse de uno mismo, ése es el aficionado español.
Eso sí, afirmo que son incombustibles, lo dan todo y se han ganado a pulso estar animando sea al equipo que sea.

Anécdota número tres. Partido de primera ronda España-Bielorrusia. Allí está la Furia Conquense, con los que tengo el gusto de compartir grada. No puedo dejar de observarles mientras por el rabillo del ojo veo que España sigue con ventaja en el marcador. Animan los 60 minutos como si se jugaran la vida en el ruedo, lo dan todo. En ese mismo momento decido que la semana siguiente iré a ver el partido España-Qatar aunque jamás había sido mi intención. Por cierto, las gradas están vacías. Según la presa, 500 espectadores, y la mitad son croatas que tras el partido de España se enfrentan a Austria.
Capítulo cuarto. Entradas Qatar-España. Todo vendido. Sólo quedan las peores entradas, detrás de la portería. Y una se pregunta ¿por qué??? pero es una pregunta retórica que hago poniendo los ojos en blanco. Sé a ciencia cierta que no habrá más espectadores un miércoles por la tarde que un viernes frente a Bielorrusia, así que me cago en todo lo que se menea, y perdonen la expresión. Comentan los expatriados españoles en Qatar que se han regalado las entradas del encuentro en los colegios y en las empresas, a gente que con toda probabilidad no sabe si es un vale de descuento para ir a comprar al Villagio o para el Lagoona Mall. Y a los que nos gusta el deporte, castigados. Ya pasó hace dos semanas con el torneo de tenis, donde la gente hacía cola en las taquillas para ver la final de David Ferrer y sólo se oía que no quedaban entradas. Yo, que las había comprado dos meses antes y, de nuevo, las peores entradas porque estaba todo vendido, pude comprobar que había docenas de asientos vacíos. Lo peor fue en Diciembre, cuando nadie me pidió las entradas para acceder a la piscina con motivo del Campeonato del Mundo de Natación. Enhorabuena a los que entraron por la cara, ¿pero no es acaso un agravio comparativo a los que las hemos pagado?
Este es el tipo de cosas a las que uno se tiene que acostumbrar cuando vive a costa de un país superficial que quiere aferrarse a sus tradiciones, su cultura y su religión dentro de un discurso totalmente respetable. Pero que jueguen a dominar el discurso de la lógica, de la modernidad del siglo XXI occidental cuando han tenido que nacionalizar a ocho jugadores para poder formar su propia selección, de verdad, ¿qué esperan a cambio?

El día D, es decir, ayer, acudimos al estadio de Lusail y para nuestra no sorpresa nos dicen que la grada 111 para la cual tenemos las entradas está llena. Teniendo en cuenta que los asientos están numerados, una se pregunta otra vez ¿pero por qué? Sin embargo nos indican que podemos ir a la grada 107, que está mejor situada. Efectivamente, en lugar de estar detrás de la portería nos sentamos en un lateral, justo detrás de la Furia Conquense. Por fin la suerte está de nuestro lado. Tanto el fondo norte como el fondo sur están ocupados por cientos de qataris ataviados con sus pijamas, su bandera nacional y los instrumentos necesarios para animar a su selección durante 60 minutos sin parar. Sin duda me sorprenden agradablemente. Es más, hacen tanto ruido que a los aficionados españoles, que somos todos los que vivimos en Doha, apenas se nos oye. La grada central, para la cual no había entradas a la venta, estaba vacía, así que a los cinco minutos de empezar el partido abren la veda para poder sentarse libremente y llenarla, cosa que ocurre en cinco minutos. Como detalle curioso pero nada novedoso, arriba en el gallinero está lleno de indios.
Sin duda ayer fue un día muy especial, el ambiente del partido Qatar-España fue de lo más vibrante. El ambiente ensordecedor, yo misma me vi cantando los goles ante la tensión de ir por detrás del marcador hasta los últimos cinco minutos en los que los campeones del mundo consiguieron remontar a una selección, la qatarí, que nos puso contra las cuerdas. Parecía la final del Mundial. Rodeada como estaba de locales, he de reconocer el FairPlay del partido en las gradas. Al finalizar, nos llamaban «españoles», nos felicitaban y nos pedían permiso para hacerse fotos con nosotros y con otros aficionados. Debo reconocer que fue todo un espectáculo, algo que jamás habría podido imaginar que sucediera aquí.

Pero volviendo a mi espíritu crítico, un consejo a los aficionados del fútbol que estéis pensando en animar a “La Roja” en el Mundial 2022, id comprando las entradas, no sea que os encontréis en la calle, en pleno verano, a 50 grados a la sombra con cara de “me la acaban de meter doblada”, pero cuyo plan B es volver al hotel, verlo en el abarrotado bar de turno, y que al pedir una caña te cobren 8 euros sin tapa que la acompañe. Porque ir por ir, es tontería.
Lucas 23:34 «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
Hola Laura! Nosotros también fuimos ayer al partido, compramos 4 entradas, pensamos «vamos a coger buenos asientos que seguro que será un partido entretenido». Y como no, al llegar, el parking del estadio VACÍO! Eso sí, los descampados de tierra repletos. Llegamos a la puerta y nos dicen «all Qatar matches are free!» y nosotros, enfadados por haber comprado 3 horas antes las entradas. Y como no, cuando llegamos a nuestros asientos, ocupados! Por suerte, tal y como cuentas, fue un partido con un ambiente genial y conseguimos disfrutarlo. Lliçó apresa! Una abraçada!
Lliçó apresa!???? No Sofía, no, en aquest país les «rules» canvien d´un dia a l´altre!
Això sí, si no tens un Land Cruiser V8 de color blanc, oblida´t d´aparcar al parking de l´estadi 😉
Petons.