
Quién me iba a decir que en víspera de mi 42 cumpleaños iba yo a estar pegada a mi pantalla no organizando un viaje (como suele ser habitual), sino siguiendo la información de los pasos del huracán Irma en Intellicast, una web que no conocía hasta hace dos días, cuando el aviso de emergencia tomó forma.
Planes para la celebración de mi aniversario, como me gusta celebrarlo, aparcados. Por primera vez en mi vida experimento una cierta sensación de angustia, algo que te oprime el pecho cuando piensas que la amenaza de un huracán de categoría 5 es real. Tampoco sabía yo hasta ayer que 5 es el máximo en una escala de gravedad. Pero es lo que tiene el Caribe, la temporada de huracanes que amenaza cada otoño.

Cuántas veces he oído o visto en los telediarios los devastadores efectos de los huracanes en el Caribe. Están vivas en mi recuerdo las imágenes de las inundaciones de Haití tras el huracán Matthew de hace ahora un año, pero también las de Honduras y Nicaruaga en el 98 por el huracán Mitch, la devastación del Katrina en New Orleans en 2005 y Wilma en México el mismo año o Gilbert en el 88 cuando arrasó con la península de Yucatán. Cuando viví en Cancún recuerdo haber visto fotografías de la zona hotelera antes del huracán que poco tenía que ver con la realidad en vivo y en directo.
Este año se llama Irma, Irma la Dulce la llamo yo rememorando la cinta del gran Billy Wilder. La prostituta de las medias verdes. Si va a pasar Irma como un huracán por mi vida, que sea con su gracia y su desparpajo sin dejar a un lado el romanticismo.

Si va a pasar Irma como un huracán por mi vida, que sea con su gracia y su desparpajo sin dejar a un lado el romanticismo.
Ciertamente el año pasado viví la experiencia de las lluvias y fuerte viento que dejó tras de sí Matthew, una anécdota al lado de los destrozos en la zona norte de República Dominicana o Haití. Una se siente resguardada si se compara con la mayoría de la población que vive en bateys o hacinados en los barrios más vulnerables, lo cual no sé si me hace sentir mejor o peor.
Mientras mi preocupación es minimizar los efectos del agua y del viento en mi propia casa, sé que para algunos será una cuestión de vida o muerte, de comer o no tener nada que llevarse a la boca durante días, de acceder a agua potable o morir de una infección cualquiera. Ciertamente son pocos los que se preguntan cómo afrontarán el huracán la gente con menos recursos comparado con los que sólo se preocupan por si van a cerrar el aeropuerto.
Vivir de cerca un desastre natural contra el que poco o nada puedes hacer, te da de bruces con (o contra) los caprichos de la vida, donde haber nacido en un lugar u otro del plantea te da o te quita la esperanza.

Vivir como vivo los preparativos de la prevención de Irma, es aprender un mundo nuevo. Por ejemplo, muchas veces hemos visto en las películas cómo se tapian o cubren las ventanas. Igual hacemos aquí estos días. Aprovisionarse de sacos de arena para evitar la entrada masiva de agua, tener que elegir el lugar más seguro de la casa llegado el punto de tener que refugiarse (bendigo la habitación en la primera planta) y, como dice mi amiga Natasha a quien me he encontrado esta mañana en el supermercado, “aquí estamos equipados de enlatados”. Me hace reír cuando me pregunta cómo nos prevenimos en España. Qué graciosa, huracanes en España.
“Aquí estamos equipados de enlatados”
Jamás he vivido algo así, todo es nuevo para mí. Hasta me he comprado unas botas de agua dos números más grandes que mi pie porque no quedaban más pares en la tienda y seguro las voy a necesitar pase lo que pase. Intento pensar que como mucho se quedará en la típica tormenta tropical que te deja encerrada durante una semana, como ya sucedió el año pasado cuando Matthew se despidió del Caribe. Pero este año me dice Natasha “pinta mal, tiene la sensación de estar muy vivo, pero es tan impredecible…».

Lo mejor es tomar las mejores medidas de seguridad y de sentido común y pensar que todo puede quedar en un simple susto.
Y así es, si uno consigue evitar entrar en Facebook y leer la mayoría de la desinformación que cuelga la gente por puro morbo, alarmismo social o simple cotilleo, lo mejor es tomar las mejores medidas de seguridad y de sentido común y pensar que todo puede quedar en un simple susto.
Lo de las redes sociales es un clásico inevitable. Por un lado es lógico apoyarse en ellas, pues la mayoría de la gente sólo busca reconfortarse, saber cómo lo está viviendo la gente que, como tú, está en la misma situación. Sin embargo, es muy peligrosa la alarma social que se crea cuando se empiezan a postear informaciones no contrastadas. Vamos, lo que antes eran las conversaciones de barra de bar y los expatriados sustituimos por el teclado del móvil. Opinar es gratis, pero cuando se trata de un tema serio, acaba así, como posteó Mónica muy acertadamente: Según los expertos meteorólogos en las redes 😀

Es muy peligrosa la alarma social que se crea cuando se empiezan a postear informaciones no contrastadas.
El problema de querer saber de todo es que llega un momento en el que uno ya no puede discernir la información que es veraz de la que es mentira, y al final decido cerrar mis redes sociales para no volverme paranoica. Por muy buenas intenciones que tengamos todos, ciertas noticias me inquietan, así que sigo los consejos de mi marido porque tener un ingeniero en casa siempre te soluciona la vida. Y en caso de no disponer de un ingeniero a mano, la Embajada de España en República Dominicana ha repartido un interesante documento donde explica cómo actuar en caso de huracanes, terremotos y maremotos bajo el título: Nota con recomendaciones para la colonia española frente a las posibles emergencias en la República Dominicana.
No todo son piñas coladas y playas paradisíacas, lamentablemente.

No todo son piñas coladas y playas paradisíacas, lamentablemente.
18 páginas con teléfonos de contacto, recomendaciones e incluso videos divulgativos sobre lo que es un huracán y qué es un terremoto, o cómo planificar una evacuación familiar. Videos adaptados para niños y para adultos, y hasta la descripción del contenido mínimo que debe tener tu maleta en caso de emergencia: linternas, cargadores y teléfonos, ropa, bebida y comida, documentación y medicamentos. Quien no ejerce la prevención es porque no quiere o porque está demasiado ocupado en otras nimiedades. Otros, por desgracia, dependen de las ayudas del gobierno o de la buena voluntad de la sociedad.
¿Se nota que estoy un poco angustiada? Normal, es mi primera vez. Por lo que también agradezco los consejos de todos aquellos que han pasado por una experiencia similar anteriormente y actúan con sensatez.
¿Se nota que estoy un poco angustiada? Normal, es mi primera vez.
Por un lado todos coincidimos en que vivir una experiencia como el paso de un huracán -cuando no lo has vivido anteriormente- produce cierto morbo. La misma alarma provocada por nosotros mismos en las redes sociales es como un chute de adrenalina que te hace sentir vivo. Es sentir que estás viviendo algo realmente único a la vez que te crea el temor por lo desconocido. Pero por otro lado, cuando después de una semana de ver el lento avance de Irma ves que está a menos de 24 horas de llegar a las puertas de tu casa (puede que sí o puede que no) ya no hace tanta gracia.
Vivir una experiencia como el paso de un huracán, en el fondo, produce cierto morbo.
Quienes han vivido experiencias similares como mi vecina -que ha pasado ya por tres huracanes en sus más de 20 años en el país- aconsejan que lo más inteligente es guardar la energía para lo que viene después del huracán. Irma hará lo que le venga en gana, pero a su paso dejará mucho trabajo por hacer, así que mejor tomárselo con calma durante la previa.

Sin embargo, no deja de ser importante la prevención. Así veo cómo los jardineros se afanan por podar todos los árboles, se limpian los canales de desagüe o cómo en el supermercado cada vez las estanterías dejan a la vista su desnudez. Mientras, mis armarios de la cocina están hasta los topes de latas y agua, me ocupo de retirar cualquier cosa susceptible a estamparse contra los cristales. Baterías cargadas, libros para pasar las horas de aislamiento, velas decorativas a mano para iluminar cuando se corte la luz –algo que ocurre en este país sí o sí, con huracán o sin él-, hamaca desmontada, muebles de jardín desalojados, los altillos de los armarios a rebosar. Toda precaución es poca.
Lo que no he logrado guardar es la tabla de kite que decora la entrada porque mi marido se ha reído de mí diciéndome que la tabla está hecha para surcar los mares (o algo así). En fin, que para una vez que la ha utilizado en un año que se la lleve el viento. Quién sabe, igual salgo remando de casa subida a la tabla de kite 😀

En realidad este post improvisado ante la incertidumbre no deja de ser, una vez más, un poco de higiene mental, mi propia terapia cuando me encuentro en esta nueva aventura de final incierto. Si de algo me he dado cuenta es de que es totalmente contraproducente ver las noticias. Son demasiado alarmistas y acojonan a una que sólo espera una racha fuerte de viento y lluvias.
Esta noche me acuesto sin saber qué me voy a encontrar cuando amanezca, si es que puedo pegar ojo. Las imágenes no son nada alentadoras.
Pero algo es seguro, este año tendré 42 velas a mi disposición para soplarlas de una vez y en la más absoluta intimidad.
* Gracias de corazón a todos los que estas últimas horas me habéis estado escribiendo preocupados por la situación ¡y no habéis sido pocos! En la distancia, se agradece y reconfortan vuestros ánimos, siempre.
Posteo cada miércoles por la noche desde Bávaro (República Dominicana) antes de acostarme para que mis lectores españoles (que sois la mayoría) podáis recibir mi post recién salido del horno y así leerlo con el café de la mañana, cuando yo estoy plácidamente dormida. Es cuando amanezco, el jueves por la mañana (hora dominicana) que desayuno con vuestros comentarios y reacciones. Me adelanto con la publicación porque en unas horas cortarán el suministro eléctrico por seguridad y puede que dure días por causa de fuerza mayor. Así que la reportera más dicharachera os irá informando en cuanto recupere la comunicación.
Laura estamos cerca de ti y esperamos que vayas muy rapido! Feliz cumple de tus amigos que siempre te siguen en tus aventuras alrededor del mundo. Un abrazo muy fuerte Kiki y Roberto
Ohhhhh Kiki y Roberto ¡qué bueno saber de vosotros!!!!
Ha ido todo bien, vaya experiencia. Ya sabes, mejor prevenir que curar. Son las 10 de la mañana y parece que es de noche, pero lo peor ya pasó.
Muchas gracias, vaya regalo de cumpleaños, siempre tan original mi vida 😀
Un bacio grande amichi!!!! xx
Cuídate mucho.
Tengo Puerto Rico petao de familia, así que……una más a la que mandar energía positiva.
Si sobrevivisteis a Doha, Irma es pan comido!!!!!!!
Y luego tendrás para muchos posts, seguro!!
¡¡¡Gracias Juan!!!!
Ha ido todo fenomenal, nada como tener un ingeniero en casa para una buena prevención, alguna que yo me sé tiene la misma suerte que yo 😉
Espero que tu familia en Puerto Rico esté bien.
Un abrazo y sí, una más que contar 😀
Os tenemos muy presentes y os enviamos animos y fortaleza para afrontar las horas dificiles. Felicidades por tu 42 cumpleaños y sinceramente deseo que los proximos podamos soplar las velas todos juntos.
Como siempre
Besotes dobles
Toda pasó sin daños que lamentar, aunque la experiencia de las horas previas a la amenaza ha sido todo un aprendizaje y un cúmulo de sensaciones. Por supuesto, nunca había vivido nada igual. Quise escribir este post para reflejar lo que estaba sintiendo porque estaba siendo consciente de vivir algo único. Afortunadamente ya pasó, ahora sólo quedan las tormentas tropicales a las que ya nos hemos acostumbrado.
Ojalá el año que viene dierais el salto para celebrar con nosotros el siguiente aniversario, Éste es un país precioso para visitar. Así que queda oficialmente, y públicamente, la invitación hecha 😀
Besos caribeños para vosotras.
PD. Gracias por escribir, siempre nos hace ilusión, a los dos 😉
Gracias amores! Pensaremos en ello