
Quienes acompañamos a nuestras parejas en la aventura de emprender una nueva vida en el extranjero somos mayoritariamente mujeres. Lo dicen las estadísticas. Elegimos libremente liarnos la manta a la cabeza porque vemos una oportunidad para vivir una experiencia singular. Un salto hacia lo desconocido que pone las pilas a cualquiera. Además, es una prueba de fuego para la pareja y para una misma.
Todo empieza con la toma de decisión de dejar tu empleo. Es posible que no duela mucho, reconócelo. Estás harta de tu trabajo de siempre y tampoco te ves dentro de diez años haciendo lo mismo, así que ¿por qué no? Otra opción es que decidas tener una familia y aproveches el cambio para dedicarte a tus hijos.
Pero hay una cosa que nos pesa a todas, y es ese visado familiar donde –aunque no lo diga expresamente- es como si te estamparan el sello de “ama de casa” en el pasaporte. Y eso no hace ninguna gracia cuando llevas todo la vida trabajando y siempre has sido independiente.
El visado familiar de la mujer Expat con el sello imaginario de «ama de casa» no hace ninguna gracia
Consejo número 1: ese sello es imaginario. Y aunque te sientas juzgada por los demás, aunque tu mejor amiga te mire como que has caído muy bajo o tu propia hermana te mire con desprecio, pon el foco en lo positivo. Lo que opinen los demás de ti no lo puedes controlar. Además, la mayoría de las veces puedes estar equivocada porque es una suposición tuya. Quizás ves en los demás tu propia frustración. O puede incluso que sea envidia y lo disimulen con su indiferencia. Así que levanta la cabeza y ponte manos a la obra. Que poner tu vida patas arriba no lo hace cualquiera. Es muy fácil criticar y opinar sobre los demás desde el cómodo sofá de su casa.
Consejo número 2: qué quieres hacer con tu vida. Es posible que pocas veces se vuelva a presentar una ocasión como esta en la que puedas decidir. No es broma. Y hablo por experiencia. Han sido cinco años de lucha interna, de diálogos conmigo misma. Casi me vuelo majara. Ojalá me hubiera animado a hablar más de ello con alguien.
Consejo número 3: cuéntaselo a alguien que no te vaya a juzgar. Es importante exteriorizar todos los miedos y analizar cada obstáculo que te impida ver las cosas con claridad. Necesitas encontrarle sentido a lo que haces y realizarte a nivel profesional pero también a nivel personal.
Necesitas pagar facturas pero no estás dispuesta a trabajar de cualquier cosa ni estar ahí para pasar el rato en un país que no conoces, que es posible que no hayas elegido y en una lengua que quizás no es la tuya ¿por dónde empezar?
La vida de quien empieza de cero en otro país está llena de novedades, de impactos visuales y emocionales. Estás dispersa y no sabes dónde poner el huevo. Todo te distrae y tus mayores preocupaciones no son, precisamente, encontrar trabajo.
Cuando llegas a un nuevo país puede que encontrar trabajo o montar tu propio negocio no sea tu mayor preocupación
Como me contaba María, expatriada desde hace cinco años, de Bilbao a Abu Dabhi y de Oriente Medio a CDMX. No sabemos cuánto durará esta etapa nómada, pero está en un momento de replanteamiento de su vida laboral.
El problema que plantea María es muy común entre las mujeres que deciden acudir a las entrevistas de trabajo. Todo pasa por conocer primero la profesión del cónyuge, qué puesto tiene, qué tipo de contrato, hasta cuándo piensan vivir en el país. Incluso le preguntan si desean tener hijos. Y si todo cuadra vamos a ver qué nos puede ofrecer María. Muy alentador no es ¿verdad?
Es por todo ello que muchas mujeres hemos decidido emprender un negocio que nos permita vivir como queremos, donde queramos, porque algunas nos movemos más que los precios. Decía María “me he propuesto encontrar un trabajo donde sea yo mi propia jefa y lo pueda desarrollar allí donde establezcamos nuestro hogar ¿lo conseguiré?».
¿Has pensado en la posibilidad de montar tu propio negocio para trabajar desde cualquier lugar del mundo?
En mi caso tenía claro que tenía que ser un negocio que me permitiera desarrollar todas mis habilidades y conocimientos. Algo muy bonito sobre el papel pero demasiado abstracto ¿qué se me da bien? ¿qué puedo hacer para ayudar a los demás? ¿cuál es mi propuesta de valor? ¿qué trabajo me va a permitir flexibilidad y libertad para llevarlo a cabo esté donde esté? ¿qué tipo de negocio me va a permitir disponer de tiempo para mi? Sin duda éste tiene que ser un negocio on-line.
Como siempre, vayamos paso a paso. No quieras comerte todo el chorizo de una sola vez. Vamos a cortar lonchas finitas y dar un bocado detrás de otro si no quieres atragantarte y morir en el intento.
Visualiza el tipo de negocio que te permita todo aquello que deseas. Pregúntate si puedes hacerlo, si es lo que realmente deseas y si lo mereces. Busca todas las herramientas que tienes a tu alcance. Tanto los recursos emocionales como mentales, valores, recursos materiales, económicos y logísticos. Establece ahora una estrategia que te permita emprender o establecer tu propia hoja de ruta.
No te voy a mentir, fácil no es. Es un mito eso de que los negocios digitales generan ingresos infinitos mientras estás en la playa. Y te lo cuento porque más de uno eso es lo que piensa de mí.
Lo cierto es que montar un negocio por tu cuenta requiere una estrategia. Cualquiera puedes ser emprendedor, pero no todos somos empresarios. Para ello siempre puedes recurrir a profesionales para que te guíen por el camino. Por ejemplo, si te quieres dedicar al diseño de ropa de baño, ocúpate de lo que realmente sabes hacer y contrata a un diseñador para tu web o a un buen redactor de textos para que se ocupe de los contenidos.
Montar un negocio por tu cuenta requiere una estrategia
Ojalá lo hubiera sabido antes. Por suerte tengo amigas y un marido que me han apoyado siempre desde el primer minuto. Han confiado en mis habilidades y me han ayudado a levantarme cada vez que entraba en pánico. De hecho hoy he decidido escribir este post después de un duro día de trabajo que me ha traído un montón de satisfacciones.
Como las palabras de mi amiga Patricia, con quien recordaba nuestras noches de vino y charlas infinitas. “Quién nos ha visto y quien nos ve”. Ella recién estrenada mamá, contándome que en lugar de estar pintándose la raya para irse de copas y meter los pies bajo la arena está dando el baño a su hijo mientras espera que su marido -reconvertido en compañero de piso e insomnio- llegue para poder pedirse el turno de dormir.
Y yo a miles de kilómetros de distancia confesándole las veces que he querido tirar la toalla porque esto de montar tu propio negocio es muy duro. Que vaya manera de complicarme la vida pudiendo estar trabajando como asalariada con un sueldo y trabajo fijo. “Si no nos complicáramos la vida nos aburriríamos, Laura”, me manda por audio mientras oigo de fondo a su recién nacido. Para estos momentos están los verdaderos amigos.
No te miento, he querido tirar la toalla más de una vez porque esto de montar tu propio negocio es muy duro
Sin duda podría estar todos los días tomando el sol bajo una palmera, con un libro en una mano y una piña colada en la otra. Por el contrario, un día decidí que iba a estudiar, a formarme, a reinventarme, a sacar provecho a mis 20 años de trayectoria profesional y a empezar de cero para sacar mi mejor versión a nivel personal y profesional. Es muy duro, lo reconozco. Los resultados van a ritmo de tortuga coja. “Vale -me dice Patricia- pero las tortugas cojas también llegan a meta”.
No es fácil empezar de cero en un país que no es el tuyo y donde puede que no tengas contactos. Pero cada pequeña victoria la celebro como si hubiera batido el récord mundial de maratón. Y lo mejor de todo es que a pesar de las dificultades, disfruto de cada nuevo aprendizaje, con cada nuevo cliente y con cada post que publico.
Por ello, porque yo lo hice te animo a que lo intentes si realmente lo deseas. Inspírate en otras personas que lo hayan conseguido antes y piensa qué te impide a ti empezar tu propio negocio.
No te quito más tiempo ¡ponte las pilas, manos a la obra y no olvides compartir tus experiencias!
Palabra de Expat 😉
Cada vez que recibo un nuevo post es como si estuviese leyendo una de las charlas que mantengo conmigo misma. Me sorprendo tanto que me parece increíble…Por favor sigue.
Ana, ya sabes que lo próximo será una charla entre nosotras 😉
Me repito constantemente, pero es que es cierto, todas pasamos por lo mismo de una u otra manera. Aquí estamos para compartir.
Un abrazo,
Laura.
Lo has expresado muy bien Laura «montar tu propio negocio es muy duro, en eso de tirar la toalla hemos estado casi todas o quizás diría también, las que actualmente lo estamos intentando o lo intentaron en un pasado. Ser expat y reinventarse es como hacer el trabajo doble, a la vez que intentas encajar y amoldarte al lugar tienes que hacer cosas nuevas que no habías hecho antes y esas dos cosas unidas más los tropiezos diarios hacen que a veces queramos tomar ese avión y volver. Sin embargo, haberlo intentado y al final conseguirlo da una satisfacción que solo las que estamos en el mismo barco, sabemos de que se trata.
Desde aquí y junto a Laura animo a aquellas personas que están empezando a caminar y creen que solo hay oscuridad, les aseguro que el camino también tiene su luz y esta es muy mágica!
Gracias Laura por este tocar este gran tema!
Un abrazo.
Gracias Istar por compartir tu experiencia y describir este patinaje de siete pistas: montar tu propio negocio es ya de por sí cosa de valientes, pero hacerlo en un país que no es el nuestro es ya la locura máxima pero… ¡bendita locura!!!
Como bien dices, la satisfacción es inmensa porque al margen del resultado final, lo que aprendes por el camino no tiene precio 😉
Un abrazo,
Laura.
Laura & compañia. Soy hombre y me siento plenamente identificado también. Expat y emprendedor-empresario. Es duro, tan así, que si lo hubiera sabido, quizás no hubiera arrancado. Pero a la vez, ahora no me arrepiento de nada. Eso si, el hecho de que tu pareja sea del mismo pais de origen, te da un cierto «descanso» en tu hogar. En el caso de las parejas mixtas, esta fase de cambio incluye tu hogar…
Hola Daniel, mil gracias por compartir tu experiencia.
Sin duda hay muchas variables que pueden hacer el camino del emprendedor más o menos complicado. Me acabas de dar una idea para futuros escritos, las parejas mixtas. Obviamente no es mi caso pero entiendo que debe ser un un «chin» más complejo.
Me alegra saber que no te arrepientes de tu reto emprendedor, aunque estoy totalmente de acuerdo contigo ¡cuántos días he amanecido preguntándome cuándo se me ocurrió empezar!
Un abrazo,
Laura.
Hola Laura, pareces nuestra voz de la consciencia.
Yo a diferencia tuya vine sola a República Dominicana, a cumplir un sueño, durante unos meses se hizo realidad, he trabajado en lo que siempre soñé, pero se acabó el contrato, y decidí quedarme, emprender una vida nueva. Estoy trabajando en algo que no me llena, pero todo sea por salir adelante.
Ahora estoy en una fase muy dura, echo de menos cada mínimo detalle de mi vida en España, nunca pensé que fuera así… No paro de tener altibajos, pero intento mantenerme fuerte… Pero tengo claro que quiero montar mi propio negocio. Pero nose ni por dónde empezar, ni qué hacer ni nada de nada… Pero aquí sigo, al pie del cañón intentando salir adelante yo sola como la una en un país tan diferente y especial… Espero salir victoriosa de esta gran batalla física y mental.
Gracias por tus palabras. Me encanta leerte.
Mireia Pirata.
Hola Mireia, gracias por compartir tu experiencia.
Espero que sigas adelante con tu objetivo y consigas superar todos los retos que te propongas. Ya sabes, «al pasito». Es un trabajo duro, largo y lleno de obstáculos, pero cuando encuentres tu «para qué lo quieres», el «qué vas a hacer» y el «cómo vas a empezar» verás que después ya no vas a poder parar ¡te lo digo por experiencia! Aunque por el camino se hayan quedado muchas ideas y proyectos ¡prueba y error hasta dar en el clavo!
Si necesitas ayuda, ya sabes dónde encontrarme 😉
Gracias y mucha suerte 😉
Laura.
Laura, un millón de gracias por este post y por compartir cómo ha sido mi experiencia en la búsqueda de trabajo tanto en Abu Dhabi como en México. Gracias también por compartir la tuya y por todos tus consejos que tanto ayudan.
A mí el dichoso miedo y las inseguridades aún me sigue ganando la batalla en algunos momentos de ahí que tus palabras y escucharte me inspire para no darme por vencida y emprender.
Algo que he estado pensando en hacer es poner por escrito todos esos pensamientos que me paralizan, lo que me dice esa dichosa vocecilla interna que me bloquea, e intentar darles la vuelta, rebatir esos pensamientos negativos con pensamientos positivos. Así cuando lleguen los momentos de bloqueo e inseguridades, tendré también por escrito pensamientos positivos, frases inspiradoras y los motivos por los que quiero emprender.
Me ha encantado también leer los comentarios que han dejado otras personas mostrando diferentes experiencias.
Muchísimas gracias y un beso enorme desde CDMX 🙂
Hola María, te comprendo perfectamente.
Los miedos nos paralizan y nos impiden avanzar. Pero no hay que darles la espalda, nos dan mucha información sobre aquello que nos preocupa y sobre lo que podemos trabajar. Así que ¡manos a la obra!
Me parece un ejercicio estupendo, darle al vuelta a los pensamientos negativos, como por ejemplo ¿quién dice tal cosa? ¿qué demuestra que ese pensamiento es cierto? ¿cómo sería si pensaras diferente? ¿qué me dirías si estuviera en tu lugar? ¿conoces a alguien que lo haya hecho antes?
Espero que compartas tus progresos y que el 2019 te traiga muchos éxitos.
Gracias, como siempre, por compartir tus experiencias, cada día aprendemos algo nuevo.
Un beso desde el Caribe a CDMX ;D
Laura.
¡¡ Laura muchas gracias por tus buenos deseos para el 2019!!
Yo también aprovecho para desearte todo lo mejor, estoy segura de que tu proyecto seguirá creciendo, te mereces todo lo bueno que llegue a tu vida en lo personal y en lo profesional.
Besos,
María
María ¿nos vemos en CDMX o en RD???
¡Pon fecha!!!!!
xx
CDMX!! Y la fecha, cuando tu quieras 🙂